El dilema de la seguridad plantea que cuando un Estado fortalece su seguridad, otros lo perciben como una amenaza y fortalecen la suya propia. Esto, a su vez, genera nuevas reacciones similares que escalan la tensión entre los Estados. El fenómeno, también conocido como “modelo espiral”, ha influido en el inicio de grandes conflictos como la Primera Guerra Mundial o la invasión rusa de Ucrania en 2022.
Una visión realista
La teoría del dilema de la seguridad fue descrita en 1949 por el historiador británico Herbert Butterfield en su obra Historia y relaciones humanas. Sin embargo, el origen del término se le atribuye al politólogo estadounidense de origen alemán John Herz en su libro Realismo político e idealismo político, de 1950. Herz parte de la teoría realista de las relaciones internacionales, según la cual el mundo es una anarquía en la que los Estados luchan por su propia supervivencia. Esta lucha lleva a los Estados a desconfiar entre sí, lo que crea finalmente el modelo espiral.
Dentro de la teoría realista, hay quienes explican el dilema de la seguridad desde una perspectiva ofensiva o defensiva. Para los realistas ofensivos, un Estado debe maximizar su poder, y para ello desarrolla armamento, aumenta sus capacidades, crea alianzas y ataca primero, llevando a cabo una “legítima defensa preventiva”. Por su parte, los realistas defensivos argumentan que un Estado no debe maximizar su poder sino su seguridad. Según esta perspectiva, el aumento del gasto en defensa o de las dotaciones armamentísticas se lleva a cabo para disuadir o prepararse ante posibles ataques externos. Sin embargo, otros Estados perciben este acto como una amenaza, lo que de nuevo lleva al dilema de la seguridad.
Sin embargo, el modelo espiral aumenta la incertidumbre y crea una ambiente de inestabilidad internacional que puede desembocar en conflictos. Un ejemplo claro fue la Primera Guerra Mundial. Antes del estallido, las potencias europeas desconfiaban unas de otras, pues eran rivales en su expansionismo por Asia y África, y el miedo alimentó la carrera armamentística y la creación de alianzas. Esta red fue tan grande que cualquier suceso podía desencadenar una guerra, que finalmente estalló por el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria a manos de un nacionalista serbobosnio. Con tantas alianzas, cada país entró a defender a sus aliados, ampliando el conflicto y agravando sus consecuencias.
Los dilemas de seguridad recientes: Ucrania y las armas nucleares
La teoría del dilema de la seguridad también ayuda a entender conflictos recientes, como la guerra de Ucrania. Uno de los argumentos del presidente ruso, Vladímir Putin, se basó en la posible expansión de la OTAN hacia el este. Como el Kremlin quiere alejar de las fronteras rusas a la Alianza Atlántica, a la que percibe como enemiga, decidió lanzar la invasión en febrero de 2022. Desde el punto de vista de la seguridad rusa, se trata de un ataque preventivo para evitar que Ucrania entre en la Alianza. Sin embargo, lejos de fortalecer la seguridad rusa, la invasión ha propiciado la resistencia ucraniana y el rearme europeo.
¿Debe Europa tener armas nucleares? La tensión geopolítica reabre el dilema
Igualmente, la teoría del dilema de seguridad ayuda a entender el desarrollo de las armas nucleares. En la actualidad, sólo nueve Estados cuentan con ellas: Rusia, Estados Unidos, China, Francia, el Reino Unido (miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas), India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. Las consecuencias devastadoras de estas armas sirven como amenaza y disuasión ante posibles ataques, y por ello se han firmado acuerdos como el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de 1968. Pese a ello, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel (que no lo ha reconocido ni negado) consiguieron desarrollarlas después de aquel tratado. Ese fortalecimiento de su seguridad también ha aumentado las tensiones y las aspiraciones de rearme de sus rivales, como Pakistán con India, Irán, Japón y Corea del Sur.
Hoy en día, el dilema de la seguridad también está presente entre Europa y Rusia. La invasión rusa de Ucrania aumentó la preocupación de la Unión Europea y el Reino Unido por su propia seguridad, hasta ahora bajo el paraguas de la OTAN. Esa sensación se ha agravado con el distanciamiento de Estados Unidos bajo el Gobierno de Donald Trump respecto a Europa y su acercamiento a Moscú. Frente a ello, cada vez más países miembros de la Unión han aumentado su gasto en defensa y la Comisión Europea ha propuesto un rearme por valor de 800.000 millones de euros. Además, Francia considera ampliar su escudo nuclear para proteger a los otros Estados miembros y disuadir posibles ataques. Sin embargo, Rusia podría considerar esta decisión como una amenaza, dando lugar al espiral del dilema de la seguridad.
