Un edema es una hinchazón causada por la acumulación de líquido en el tejido, el espacio intercelular o las cavidades de los distintos órganos.
El edema pulmonar se produce de la misma forma en que se produce el edema en cualquier otra localización cuerpo. Cualquier factor que aumente la presión del líquido intersticial pulmonar desde el intervalo negativo hasta el intervalo positivo dará lugar al llenado rápido de los espacios intersticiales pulmonares y de los alvéolos con grandes cantidades de líquido libre.
Las causas más frecuentes de edema pulmonar pueden ser, por un lado, la insuficiencia cardíaca izquierda o valvulopatía mitral, con los consiguientes aumentos de la presión venosa pulmonar y de la presión capilar pulmonar y el encharcamiento de los espacios intersticiales y de los alvéolos; y por otro lado, la lesión de las membranas de los capilares sanguíneos pulmonares producida por infecciones como neumonía o por la inhalación de sustancias tóxicas como el gas cloro o el gas dióxido de azufre. Cada uno de estos factores da lugar a una fuga rápida tanto de proteínas plasmáticas como de líquido de los capilares hacia los espacios intersticiales.
La mayoría de las complicaciones del edema pulmonar pueden surgir de las complicaciones asociadas con la causa subyacente. Más específicamente, el edema pulmonar puede causar severo compromiso de oxigenación en la sangre de los pulmones. Esta condición, denominada hipoxia, puede derivar en una disminución de oxígeno en los diferentes órganos del cuerpo, como por ejemplo, el cerebro.