¡Bienvenido a un nuevo artículo en el blog! En esta ocasión nos encontramos ante un post de invitado de mi buen amigo Miguel Graciani, un auténtico estudioso del mundo del ciclismo quien desde hace ya un tiempo entrena por watios en su bicicleta. Ya que yo hasta ahora no he tenido la oportunidad de utilizar potenciómetros para mejorar en ciclismo, le pedí el favor de que nos explicase algunas cosas sobre esta forma de entrenar aún desconocida para el gran público cicloturista. ¡Espero que te guste el post!
El entrenamiento por Watios en ciclismo
Hoy vamos a hablar de uno de los grandes avances de los últimos años en el mundo del ciclismo: el entrenamiento por watios o entrenamiento con potenciómetro.
¿Qué es exactamente?
Más allá de que se haya convertido en una especie de moda, ¿sabemos en qué consiste realmente y qué ventajas e inconvenientes conlleva?
El entrenamiento por watios se centra en el esfuerzo que hace el ciclista a la hora de pedalear, en lugar de fijarse en otras variables como la frecuencia cardiaca o la velocidad. La gran ventaja del entrenamiento por watios es que esas otras variables (frecuencia cardiaca y velocidad) se ven alteradas por factores externos, como el viento, ir solo o a rueda, el desnivel o incluso la temperatura.
¿Alguna demostración práctica?
Todos los que hemos montado en bici sabemos que los factores externos antes mencionados modifican la sensación de esfuerzo. Por ejemplo, es normal que a 30km/h nuestra sensación de esfuerzo sea menor si vamos en grupo que si vamos solos. ¿Por qué es así? Porque, efectivamente, yendo en grupo hacemos menos esfuerzo al ir " protegidos " del aire detrás de unos ciclistas. El compañero que tira del grupo realiza más esfuerzo, mueve más watios, que los que van detrás, aunque todos vayan a la misma velocidad.
Veamos un caso real. Dos ciclistas van dándose relevos. Uno de ellos (llamémosle ciclista A) con potenciómetro, nos arroja estos datos: comienza a tirar moviendo una potencia de unos 300w yendo a algo más de 40 km/h. Poco a poco va fatigándose y el ciclista B le da el relevo (zona marcada en rojo). En el momento de ir a rueda, el ciclista A va más protegido del viento gracias a que lleva al ciclista B delante. Ambos mantienen la velocidad, incluso la aumentan ligeramente, situándose de nuevo por encima de los 40km/h, con la gran diferencia de que el ciclista A ya no necesita mover una potencia de 300w, porque tiene a su compañero delante que le protege del viento. Es decir, para una velocidad muy similar, el ciclista A debe mover unos 300w cuando va tirando, y unos 150-250 watios cuando alguien le protege del viento.
Disponiendo de esta información, cualquiera de nosotros podría adaptar su entrenamiento a las circunstancias externas con las que se encontrase, lo que nos permitiría entrenar de forma más precisa, y por tanto, mejorar más eficazmente nuestro estado de forma. Ésta es justo la gran ventaja del medidor de potencia: el medir con precisión tus esfuerzos y así optimizar todos tus entrenamientos, sea cual sean las circunstancias en las que te veas envuelto.
Principales inconvenientes del entrenamiento con potenciómetro
Ahora bien, si tan grande es la ventaja que aporta el uso del potenciómetro, ¿por qué no todos los ciclistas aficionados lo poseen? La respuesta la encontramos en sus inconvenientes, que detallamos a continuación:
Precio ( es el principal inconveniente). Los potenciómetros son actualmente caros para la mayoría de aficionados. Los medidores de potencia se sitúan en diversas zonas de la bicicleta (los hay para instalar en bielas, pedales, bujes y eje pedalier), pero en ningún caso su precio baja de los 400-500€. Afortunadamente, últimamente están apareciendo marcas como 4iiii o Stages que ofrecen los rangos de precio más bajos, lo que los hace más accesibles al público. Si bien es cierto que estos sistemas más económicos van instalados en una sola biela (la biela izquierda), captan la potencia que ejerce nuestra pierna izquierda y la multiplican por 2. Lo cual no tiene por qué ser muy certero, pues es poco habitual que un ciclista desarrolle la misma fuerza con ambas piernas. Si queremos sistemas que midan independientemente cada pierna y sumen la potencia ejercida por cada una, el precio se dispara y se sitúa entre los 1.200€ hasta 3.000€ .
Compatibilidad: si el precio del medidor de potencia ya nos parece excesivo, debemos sumar la compra del receptor de potencia, es decir, el aparato en cuya pantalla vemos los watios que estamos moviendo. Desde hace varios años, las principales marcas adaptan sus aparatos (relojes, cuentakilómetros, etc.) para que sean capaces de recibir la señal que emite un medidor de potencia. Sin embargo, antes de comprar cualquier medidor debemos asegurarnos de que nuestro receptor es compatible. Habitualmente, los distribuidores del medidor de potencia ofrecen una lista de receptores compatibles.
Adaptación: si hemos salvado el escollo del precio y el receptor, solo los queda ser conscientes de que los medidores de potencias van instalados en las bicicletas, lo que dificulta poder usarlos en otras bicis que tengamos. Si eres de los que alterna BTT y carretera, o de los que tiene un par de juegos de ruedas y un potenciómetro en los bujes, tendrás que rascarte en bolsillo para disfrutar del potenciómetro en todo tu material.
Para terminar
¡Hasta aquí ha llegado el artículo de hoy! ¡Espero que te haya gustado! Si en el futuro te gustaría que Miguel nos explicase cosas más precisas sobre el entrenar con watios, trucos, consejos, productos, etc. me encantaría que dejases tus sugerencias en la zona de comentarios. Si además tienes otras cuestiones que te gustaría comentar, estaré encantado de que las dejes reflejadas en el post.
¡Un abrazo!