Qué es el Éxito

QUÉ ES EL ÉXITO

“Éxito”… ¿defino esta palabra?… no… mejor la suelto, que se expanda, que se exprese sola…

ni me imagino hasta dónde puede llegar, da casi vértigo… tan chispeante, tan rítmica, tan

contundente, tan vaporosa, tan libre… con esa luz y esa alegría… con esa capacidad… tan

inabarcable, tan acogedora.

 Procede de exitus, que significa salida. Tener éxito es salir, es romper los moldes, es reventar

los límites que uno había visto en el horizonte como un norte inalcanzable, rebasarlos y saber que

hay más, mucho más allá de lo que uno imagina, de lo que uno siente, y que los límites se amplían y

se seguirán ampliando hasta el infinito, hasta salir de verdad, hasta ser uno con todas las

posibilidades, las que intuimos y las que llegarán a manifestarse sin haberse dejado intuir antes, las

que desvelan que espacio y tiempo son lo mismo y las que superarán las promesas de la física cuántica.

 Significa estar alineado con tu mejor yo, saber que las posibilidades son infinitas, triunfar es

amar sin parar, hacerte uno con el amor que eres, con tu esencia. Desde tu esencia amorosa todo es

posible.

 En el diccionario el significado del éxito resulta algo tan limitado (“Fin o terminación de un

asunto./ Resultado feliz de un negocio, actuación, etcétera./ Buena aceptación que tiene una

persona o cosa”.), que es casi comprensible que nos resistamos a él. Está tan identificado con el

ego, que parece que aceptarlo es fomentar un fracaso ajeno… ¡Error! Tu éxito te pertenece a ti por

derecho. Es imposible que acarree ninguna consecuencia negativa para nadie. Tu éxito está asociado

a la abundancia universal porque es una virtud de tu alma. Permite a tu personalidad que se exprese,

pero hazle ver que pensar en esos términos excluyentes está lejos de la verdadera energía del éxito.

Es imposible que perjudique a nadie, es imposible que nadie te lo pueda arrebatar. Es imposible

renunciar, en favor de otro, a un éxito propio. No es ni bueno, ni malo. Es imposible,

sencillamente.

 Después de identificar toda la vida el éxito con el reconocimiento ajeno, cuesta mucho

trabajo darse cuenta de que eso debe ser simplemente una consecuencia natural del verdadero éxito,

que es el que te lleva a ocupar tu lugar, y a tu lugar te guía tu corazón. O tu corazón y tu cabeza,

pero no los demás. Alguien dijo que sólo hay dos formas de vivir: como uno quiere y como uno

cree que quieren los demás. Ahí es donde se produce la confusión; ahí es donde el éxito no sabe

por dónde entrar en tu vida. Ahí es donde perdemos energía y olvidamos nuestra propia naturaleza.

 Estamos llamados a triunfar. Tu triunfo contribuye al mío de un modo natural. Triunfando

podemos cumplir nuestra misión en el mundo; somos capaces de vernos a nosotros en cada ser

humano, de conducir a los demás al triunfo; debemos aceptar el éxito para elevar la vibración del

planeta; para integrar confortablemente todas nuestras oscuridades; para acompañar al Universo en

su abundancia; para dar Gloria a Dios… para recuperar el Paraíso.

EL ÉXITO, UNA CUESTIÓN DE CONCIENCIA Lola Bastos