El gas natural licuado (GNL) es gas natural procesado para transportarse en estado líquido. Su ventaja principal es el fácil transporte y almacenaje, a través de barcos o camiones cisterna denominados metaneros, por lo que no requiere gasoductos. Ya en el país de destino, se revierte al estado gaseoso y se inyecta en las tuberías de gas natural.
El GNL ocupa seiscientas veces menos espacio que el gas natural. Esto facilita transportarlo para rentabilizar reservas aisladas donde hacerlo a través de gasoductos sería más caro. Así, se ha posicionado como alternativa a la crisis de abastecimiento por vías convencionales, con menor impacto ambiental. El proceso de licuefacción, la conversión del gas natural en estado gaseoso a líquido, se lleva a cabo mediante el enfriamiento a -160 °C a presión atmosférica ya que su componente principal es el metano, que tiene como punto de ebullición esa temperatura. Para realizar este proceso, los países productores necesitan plantas de licuefacción, y los receptores, como España, las de regasificación.
Un siglo de GNL
La industria del GNL se remonta a los años veinte en Estados Unidos, donde científicos experimentaron con la licuefacción de gases para extraer el helio. En 1940 irrumpió en el mercado con la primera planta en Cleveland, Ohio. Casi dos décadas después, Estados Unidos encontró una oportunidad de negocio en el Reino Unido, que atravesaba una crisis en el abastecimiento de combustible. El barco Pionero del Metano transportaba la primera carga de GNL por vía marítima, y en 1964 la Princesa del Metano partió desde Argelia hacia Europa con una carga de GNL que sería el inicio del comercio a gran escala.
El mapa del gas natural licuado en Europa
Desde entonces, la capacidad de licuefacción internacional no ha dejado de aumentar. Estados Unidos fue el primer gran exportador de GNL, mientras surgían Catar o Trinidad y Tobago. En los años ochenta, Malasia y Australia se hicieron un hueco entre los países productores. Asia ha sido el principal continente receptor, con Japón a la cabeza hasta que China irrumpió en 2021. Si el comercio mundial era de 3.000 millones de metros cúbicos en 1970, Australia, Catar y Estados Unidos exportaron 270.000 millones en 2020.
Metaneros entre tensiones geopolíticas
Como recurso estratégico, el GNL no ha estado exento de las tensiones geopolíticas. La situación entre Ucrania y Rusia, por ejemplo, ha condicionado el abastecimiento de gas a Europa. Los países europeos dependen de importar gas natural para satisfacer sus demandas energéticas, bien mediante gasoductos, bien mediante metaneros de GNL. La diferencia está en que, mientras el país productor puede cerrar los gasoductos, el GNL se compra en el mercado. En este sentido, la Unión Europea depende de Rusia, Argelia y Noruega.
El gas natural ruso representa cerca del 40% de las importaciones de la UE. Con la invasión a Ucrania, el bloque ha debido negociar para concretar las sanciones a Rusia, ya que Finlandia o Alemania temen que les corte su abastecimiento. Al mismo tiempo, la crisis diplomática entre Marruecos y Argelia ha dificultado el suministro a los países del sur de Europa. Esta situación ha llevado a Estados Unidos a contactar con Catar o Australia para satisfacer la demanda europea, mientras que el Viejo Continente mira también a Azerbaiyán o Egipto, y espera que Japón le ceda su excedente de producción, para conseguir autonomía respecto a Rusia.
¿Puede la Unión Europea aguantar sin el gas ruso?
¿Qué es el gas natural licuado o GNL? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.