Unos creen que el Infierno no existe. Otros creen que sí existe, pero que allí no va nadie, aduciendo que Dios es infinitamente bueno; pero, algunos creen que hay un infierno donde Dios atormenta a las personas tras la muerte.
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Atormenta Dios a sus hijos pecadores después de la muerte?
NUEVA YORK – La mayoría de las culturas y religiones, tanto actuales como milenarias, incluyen entre sus creencias la de un lugar terrible donde van a parar los condenados después de la muerte: el Infierno.Muchas de ellas no sólo describen los tormentos específicos que allí aguardan a los pecadores, sino que se aventuran a situarlo geográficamente.
El término infierno es análogo de “cueva (caverna) y “vacío”. Es un sustantivo formado de las palabras anglosajonas helan o behelian, “esconder”. Este verbo tiene el mismo primitivo del latín occulere y celare y el Griego kalyptein. Por lo tanto, por derivación, infierno denota un lugar oscuro y escondido.
En el Antiguo Testamento, la palabra traducida «infierno» es Seól; en el Nuevo Testamento, es Hades (que significa «invisible») y Gehena («el valle de Hinom»). Seól también se traduce como «pozo» y «sepulcro». Tanto Seól y Hades se refieren a una residencia temporal de los muertos antes del juicio (Salmo 9:17; Apocalipsis 1:18). Gehena se refiere a un estado eterno de castigo para los muertos impíos (Marcos 9:43).
LUGAR
La creencia en un lugar de tortura y sufrimiento después de la muerte estuvo muy extendida en tiempos pasados. Las más importantes culturas de la humanidad –China, Japón, Egipto, Israel, Islam y el Nuevo Mundo- siempre creyeron en tal estancia póstuma. Y podemos encontrar esta concepción en la mayoría de las religions actuales.
Los antiguos y la mayor parte de los modernos, colocan el infierno en el centro de la Tierra. Sin embargo, el pastor evangélico T. Surinden pretende que éste se halla en el Sol, al atribuir fuego eterno al astro rey.
San Isidoro de Sevilla sugería que el temido lugar se encontraba en una zona no poblada, mientras que San Juan Crisóstomo lo sitúa en un lugar menos comprometido, “las profundas tinieblas del aire”.
Dada la antigua creencia de que las cuevas conducían al mundo de los muertos, estas cavidades subterráneas se relacionaron frecuentemente con las entradas a las regiones de los infiernos. Pero, por lo general, tales accesos solían hacerse coincidir con volcanes, porque consideraban estas aberturas como chimeneas del Averno.
LA RESPUESTA QUE DA LA BIBLIA
Para el término hebreo scheʼóhl y su equivalente griego háides (que en español suelen escribirse Seol y Hades), algunas traducciones de la Biblia emplean la palabra infierno. Sin embargo, ambos términos se refieren a un lugar simbólico al que van los seres humanos al morir (Salmo 16:10;Hechos 2:27). Veamos lo que enseña la Biblia sobre este asunto.
Las personas que han ido al Seol ni están conscientes ni sienten dolor. “No hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol.” (Eclesiastés 9:10.)
Los buenos van al Seol. Jacob y Job, dos hombres fieles del pasado, sabían que irían al Seol (Génesis 37:35; Job 14:13).
El castigo por el pecado es la muerte, no las llamas del infierno. “El que ha muerto ha sido absuelto de su pecado.” (Romanos 6:7.)
La idea de un tormento eterno no encaja con la justicia de Dios (Deuteronomio 32:4). Cuando Adán, el primer hombre, pecó, Dios le dijo que su castigo sería simplemente dejar de existir: “Polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:19). Ahora bien, si su intención era enviar a Adán a un lugar de tormento eterno, alguien podría decir que Dios le mintió.
Para Dios es inconcebible atormentar eternamente a alguien. La enseñanza de que Dios castiga a la gente en un infierno contradice esta clara afirmación de la Biblia: “Dios es amor” (1 Juan 4:8; Jeremías 7:31).
¿EXISTE O NO?
Respecto del Infierno hay errores muy difundidos: unos creen que el Infierno no existe. Otros creen que sí existe, pero que allí no va nadie, aduciendo que Dios es infinitamente bueno.
Algunos creen que hay un infierno donde Dios atormenta a las personas tras la muerte, pero eso no es cierto, porque existe el consenso de que los muertos no tienen conciencia de nada. Así que la doctrina del infierno es falsa y difama a Jehová, a quien hasta la sola idea de atormentar a alguien en el fuego le repugna. (Lea Jeremías 7:31.).
CONCLUSIONES
El infierno es uno de esos temas que hace sentir a las personas incómodas. Escuchamos historias del infierno describiéndolo como un lugar de fuego, demonios y tormentos eternos. A través de la historia muchos autores han escrito a cerca de éste. Por ejemplo, Dante en su obra El Infierno.
La cultura Occidental está familiarizada con el concepto. Aún Hollywood ha hecho muchas películas acerca del tema. Cualquiera que sea el contexto o la creencia, definitivamente, el infierno se enseña en la Biblia. Pero aún así, la doctrina del infierno es controversial.
Algunos dicen que éste es la tumba sin conciencia. Otros dicen que es un lugar de corrección y castigo, el cual no es eterno. Otros dicen que es un lugar de castigo agonizante y eterno en el fuego. Cualquiera que sea éste, el infierno es la total ausencia del favor de Dios./EL EDITOR
FUENTES: Jw.org / Año Cero / Biblia / Aciprensa.com / Gotquestions.org / Miapic.com / Homilia.org