El Oximorón es una figura retórica que consiste en complementar una palabra con otra que tiene un significado opuesto.
El término “Oximorón” es una palabra compuesta, que une los lexemas oxýs y móros. El primero se refiere a algo agudo, punzante, mientras que el otro es algo tonto.
El uso del Oximorón es muy frecuente en la poesía mística, amorosa y en análisis funcionales. Heráclito es un filósofo que recurrió a esta figura retórica en su obra, argumentando que “no te puedes sumergir dos veces en un mismo río”. En cuanto a Jorge Luis Borges, en su obra “El Zahir”, ha escrito lo siguiente:
“En la figura que se llama Oximorón, se aplica a una palabra un epiteto que aparece contradecirla; así los gnósticos hablaron de una luz oscura; los alquimistas, de un sol negro”.
El Oximorón en la vida cotidiana
Sin que lo sepamos, en nuestra cotidianeidad usamos esta figura retórica, ya sea para expresar una idea, hablar de un libro o incluso en la gastronomía. Algunos ejemplos de oximorón más comunes son:
- “Actúa con naturalidad“
- “Quiero cerdo agridulce“
- El boxeador lanzó un ataque defensivo.
- Los artistas del barroco recurrían al claroscuro en sus cuadros
- Copia original
- Gas líquido
- Hielo abrasador
- Instante eterno
- Será un delicuente, pero es ladrón honrado
- Luz oscura
- Últimamente se han vuelto muy populares las series de muertos vivientes
- “Tienes una sonrisa triste“
- ¡Tolerancia cero a la corrupción!