El tic o contracción del párpado es una contracción que se da de forma involuntaria en los músculos del párpado, pudiéndose dar con más o menos intensidad. Su duración varía y va desde unos instantes hasta incluso episodios de uno o dos días, desapareciendo por completo en la mayoría de casos.
Esos espasmos no significan la presencia de ninguna enfermedad, puesto que encontramos su causa en épocas de estrés, cansancio, insomnio o una alimentación incorrecta.
Pero, ¿se puede considerar un problema más importante?
La respuesta es que sí, se trata de sucesos muy extraños pero en caso de que los tics se alarguen por espacio de varios días o presenten una alarmante intensidad, puede ocasionar algunos problemas de visión leves. Como resulta evidente, en este caso será recomendable la consulta especializada de nuestro médico de confianza.
Pese a que habitualmente el párpado más afectado es el inferior, las contracciones se pueden dar también en el superior, e indistintamente en uno o ambos ojos. Como ya hemos comentando, la mayoría de las veces suele suponer un pequeño hándicap pasajero que se va con la misma rapidez con la que ha “entrado”.
¿Cómo se pueden minimizar sus efectos?
Para parar estos molestos tics oculares, los especialistas están de acuerdo en que lo mejor es prevenir las causas que los propician, y en caso de ya sufrirlos, dejar las prácticas que lo ocasionaron. Los consejos más populares son:
- Reducir el estrés y la carga de trabajos o estudios, intentar tomárselo con calma.
- Incrementar nuestras horas de sueño, logrando así un descanso completo y natural.
- No tomar café u otras bebidas con cafeína.
- Aplicar algún colirio o gel especial que humedezca los ojos. Se puede preparar un remedio casero a base de compresas empapadas en manzanilla o bien en infusión de lavanda.
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