Una amable madre, arquitecta, me trajo a la consulta su teléfono móvil con esta fotografía realizada en "lugar de los hechos". Aunque no está hecha por Paco Elvira, excelso fotógrafo, se ve bastante bien el desaguisado que provocó el bebé. Después de comer, al ponerlo a hacer el eructo, un líquido blanquecino surgió de la boca y dejó el parque hecho una pena. ¿Qué hay que hacer? ¿el bebé está enfermo? ¿han de ir a urgencias? Supongo que los padres sagaces ya habrán hecho el diagnóstico al ver la fotografía.
Pues no, no es grave a pesar de la aparatosidad de lo que hay en el suelo y lo primero a hacer es limpiar al bebé y el suelo de "tamaño desastre". El diagnóstico es muy sencillo: el bebé ha regurgitado. .
La regurgitación es la expulsión, sin esfuerzo, de una pequeña parte del contenido del estómago - a pesar de ser llamativo por la blancura de la leche- la cantidad es muy pequeña como si lanzáramos un par de cucharaditas de yogur líquido al suelo Generalmente se observa poco tiempo después de las tomas. Se presenta principalmente en niños menores de 1 año de edad y empieza en las primeras semanas de vida. Más de la mitad de todos los lactantes echan pequeñas bocanadas después de las tomas.
La causa de la regurgitación es la falta de cierre de la válvula que se encuentra en el extremo superior del estómago aunque, a veces, es por ingerir demasiado alimento o tragar mucho gas. Esta afección también se llama "reflujo gastroesofágico" (RGE).