La contabilidad forense es la práctica de utilizar la contabilidad, la auditoría y las habilidades de investigación para ayudar en asuntos legales. Abarca dos áreas principales: soporte de litigios, investigación y resolución de disputas. El soporte de litigios representa la presentación fáctica de problemas económicos relacionados con litigios existentes o pendientes. En esta capacidad, el profesional de contabilidad forense cuantifica los daños sufridos por las partes involucradas en disputas legales y puede ayudar a resolver disputas, incluso antes de que lleguen a la sala del tribunal. Si una disputa llega a la sala del tribunal, el contador forense puede declarar como testigo experto.
La investigación es el acto de determinar si han ocurrido asuntos criminales como robo de empleados, fraude de valores (incluida la falsificación de estados financieros), robo de identidad y fraude de seguros. Como parte del trabajo del contador forense, él o ella pueden recomendar acciones que se pueden tomar para minimizar el riesgo futuro de pérdida. La investigación también puede ocurrir en asuntos civiles. Por ejemplo, el contador forense puede buscar activos ocultos en casos de divorcio.
La contabilidad forense implica mirar más allá de los números y captar la sustancia de las situaciones. Es más que una contabilidad … más que un trabajo de detective … es una combinación que estará en demanda mientras exista la naturaleza humana. ¿Quién no querría una carrera que ofrezca tal estabilidad, emoción y recompensas financieras?
En resumen, la contabilidad forense requiere la cualidad más importante que una persona puede poseer: la capacidad de pensar. Lejos de ser una habilidad específica para el éxito en un campo en particular, desarrollar la capacidad de pensar aumenta las posibilidades de éxito de una persona en la vida, aumentando así el valor de una persona en la sociedad actual.
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