A mi parecer, la crianza respetuosa es muchas cosas - y veo con cierta tristeza, cómo un gran colectivo de padres aún no la comprende del todo y acusa a los que criamos así de ser extremistas - así que aquí van algunas reflexiones al respecto:
- La crianza respetuosa no es una doctrina, no es un método, es una forma de vida. Los padres que elegimos criar de esta manera, muchas veces hemos recorrido también, previamente, con nuestros hijos, o durante nuestra propia infancia, el otro camino - e insatisfechos con él, decidimos buscar más allá.
- La crianza respetuosa es ante todo amor, empatía, respeto, coherencia y un aprendizaje contínuo.
- En la crianza respetuosa, o instintiva, no hay recetas mágicas, no hay cronómetros, no hay gurús, simplemente algunos autores que nos alientan a seguir y a confiar en nuestros propios instintos.
- Muchos de nosotros hemos sentido u oído la voz del instinto entremezclarse con capas y capas de condicionamiento social, con consejos contradictorios, mitos, creencias y recomendaciones absurdas, y no hemos sabido a quién escuchar hasta que la vida nos he hecho despertar y conectar con nuestra esencia, con nuestros hijos.
- Criar de manera respetuosa implica amor, por nuestros hijos, por nosotros, por la vida, y gracias a ese amor, nos planteamos cada día el reto de hacerlo mejor, sin castigarnos, sin machacarnos, sin reprocharnos por cosas que pueden escapar de nuestras manos. Seguimos adelante y cada día aprendemos, cada día saltamos el río, a veces caemos al agua, pero otros días logramos nadar de nuevo hasta el lado en donde nos sentimos a gusto y felices todos.
- Criar respetuosamente implica también ser coherentes, solemos respetar en general, no sólo a nuestros hijos. Si les estamos enseñando a respetar, debemos nosotros también ser respetuosos - aprenden más del ejemplo que damos que de lo que sale de nuestras bocas. La falta de coherencia en este respecto sería algo así como pegarles y decir "no se pega a los demás", o que te vean pegándole al perro porque ha roto un mueble, pero les digas que ellos no le peguen jugando, por ejemplo.
- Los padres que criamos respetuosamente a nuestros hijos no nos consideramos buenas madres, ni consideramos a quienes no comulguen con esta forma de vida malas madres. Sabemos simplemente que cada padre elige la forma de criar a sus hijos lo mejor que puede, dadas las herramientas emocionales, psicológicas, afectivas, espirituales y educativas de las que dispone en un momento determinado. Lo importante es continuar aprendiendo, y al igual que enseñamos respeto a nuestros hijos a través del ejemplo, tal vez otros padres se animen también a explorar otras formas de crianza, a medida que se extienda ésta y cada vez haya más niños criados con respeto, amor, empatía y sus necesidades emocionales lo mejor cubiertas posible.
- La crianza respetuosa implica empatía, implica ponernos siempre en el lugar del niño, implica tratar de comprender lo que está sintiendo, respetar la importancia de lo que sienta por más que ante nuestros ojos adultos parezca una pequeñez. Implica llevarlo de la mano y acompañarlo emocionalmente siempre que lo necesite y ponernos en su lugar. Si no hablarías en un determinado tono de voz o no tratarías de cierta manera a tu pareja, tu jefe, tu médico, tu madre, la cajera del automercado, o el banquero, pues tampoco tiene sentido hablar o tratar de tal manera a tu hijo.
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