La demencia es la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, debido a daños o desórdenes cerebrales. Característicamente, esta alteración cognitiva provoca incapacidad para la realización de las actividades de la vida diaria. Los déficits cognitivos pueden afectar a cualquiera de las funciones cerebrales particularmente las áreas de la memoria, el lenguaje, la atención, las habilidades visuales y constructivas, las praxias y las funciones ejecutivas como la resolución de problemas o la inhibición de respuestas. Durante la evolución de la enfermedad se puede observar pérdida de orientación espacio-temporal y de identidad. La demencia puede ser reversible o irreversible según el origen etiológico del desorden.
La mayoría de los tipos de demencia son irreversibles, esto significa que los cambios en el cerebro que están causando la demencia no pueden detenerse ni devolverse. El mal de Alzheimer es el tipo más común de demencia.
Entre las causas de demencias cuentan dos grandes grupos, que son las degenerativas y las vasculares pero la destrucción de las células cerebrales, una lesión en la cabeza, derrames vasculares o un tumor cerebral, pueden ser las más relevantes a la hora de generar este trastorno.
El diagnostico de demencia puede empezar con datos sencillos como antecedentes personales, edad, medicación, entre otros, siempre y cuando el paciente coopere con el interrogatorio del médico. Como complemento pueden solicitarse los siguientes estudios: nivel de vitamina B12 y amoníaco sanguíneo, gasometría arterial, análisis del líquido cefalorraquídeo, examen toxicológico en sangre, Electroencefalograma, examen de glicemia, tomografía computarizada y resonancia magnética de la cabeza, pruebas de función hepática, calcio y electrolitos séricos, pruebas de la función tiroidea, análisis de orina, etc.
El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas de demencia y depende de la afección específica causante de esta enfermedad. Algunas personas pueden requerir hospitalización.
La suspensión o el cambio de medicamentos que empeoran la confusión pueden mejorar la función cerebral.
Existe evidencia cada vez mayor de que algunos tipos de ejercicios mentales pueden ayudar a la demencia.