Revista Opinión

¿Qué es la democracia directa?

Publicado el 06 noviembre 2014 por Polikracia @polikracia

Cómo suizo, la democracia directa siempre ha estado muy presente en mi vida y en mi entorno aunque sin embargo nunca me había dedicado a estudiarla. En el siguiente artículo me gustaría explicar algunas verdades y aclarar algunos mitos sobre la democracia directa.

La democracia directa, conocida también como democracia pura, es una forma de gobierno en el que el pueblo puede ejercer el poder de forma directa a través de una asamblea. Dependiendo de las atribuciones de esta asamblea, los ciudadanos podrían aprobar o derogar leyes, al igual que elegir a los funcionarios públicos. La democracia directa pues se asemeja a la democracia representativa, pues en esta última, el poder lo ejerce un pequeño grupo de representantes, elegidos por el pueblo.

Muchos países que poseen democracias representativas, permiten algunas formas de democracia directa, como son la iniciativa popular, el referéndum o la revocatoria. La iniciativa popular permite a los ciudadanos presentar peticiones al Estado para que un determinado asunto público sea tomado en consideración, como por ejemplo una reforma legislativa o incluso constitucional. El referéndum generalmente se usa para aprobar o rechazar determinadas leyes de relevancia. La revocatoria permite al pueblo destituir de su cargo a los funcionarios electos antes de finalizar su mandato.

Los primeros registros que se conservan de democracia directa provienen de la antigua democracia ateniense, comenzando en 507 a. C. El poder recaía en una asamblea, formada por todos los ciudadanos varones que no eran esclavos ni extranjeros, los cargos públicos eran elegidos por sorteo

El tamaño reducido de la ciudad-estado de Atenas por aquel entonces (en torno a las 45.000 personas) y las restrictivas condiciones para ser considerado ciudadano (véase arriba) y, por tanto, para poder participar en la vida política de la ciudad, minimizaban las dificultades logísticas de esta forma de gobierno.

Siguiendo con los predecesores hay que tener en cuenta la historia de la Antigua Roma, en la que los ciudadanos realizaban y aprobaban la mayoría de las leyes. Según algunos historiadores, el hecho de que los ciudadanos tuvieran un importante protagonismo contribuyó de forma notable al auge de Roma y al avance de su civilización.

Después de estos antecedentes lejanos y durante un largo periodo de tiempo esta forma de gobierno cayó en desuso. Hubo algunos tibios intentos, pero ninguno llego a la importancia del mencionado de la antigua Atenas.

En la era moderna un acercamiento a la democracia directa a nivel federal y local comenzó en las ciudades de Suiza en el siglo XIX. En 1847, los suizos añadieron el referéndum a su constitución. No obstante, en poco tiempo se dieron cuenta de que solamente el poder de vetar las leyes que producía el Parlamento no era suficiente, por ello en 1891, añadieron la iniciativa ciudadana, que permitió a las personas presentar iniciativas de ley, sin tener que estar representados por algún miembro del parlamento.

En Suiza y durante los últimos 120 años más de 240 iniciativas de nuevo cuño han sido votadas en referéndum. Además, algunas veces se han votado iniciativas que han obligado al gobierno a modificar leyes existentes. Suiza se ha convertido en un referente y ejemplo para muchos países en los que desde las instituciones o desde los movimientos ciudadanos se han intentado introducir mecanismos de la democracia directa.

Sin embargo en un sentido estricto, la democracia directa, tal como fue establecida en la antigua Grecia, se aplica en tan sólo 2 cantones suizos: Appenzell Rodas Interiores y Glarus. Lo llaman “Landgemeinde” (municipio rural), y ese termino se refiere al hecho de que el pueblo se reúne en la plaza o en una pradera como minimo una vez al año, con el fin de aprobar las leyes, el presupuesto y también las reformas constitucionales propuestas por el gobierno federal.

Por último la idea de una democracia directa electrónica como sistema no ha sido implementada totalmente en ningún lugar del mundo aunque Suiza, ya gobernada parcialmente por democracia directa como hemos dicho, se mueve en dirección a dicho sistema y podría ser el primer país en hacerlo.

Antes de finalizar me gustaría añadir cuatro puntos que se deberían de tener en consideración a la hora de una posible aplicación de la democracia directa:

1) Los costes para la realización de este tipo de democracia son muy elevados y para países económicamente débiles difícil de financiar.

2) Para este tipo de gobierno se requieren funcionarios y politicos QUE SEPAN ESCUCHAR Y RESPETAR AL PUEBLO.

3) Al evaluar las numerosas propuestas del pueblo, la velocidad de la gestión de un país se ralentiza considerablemente.

4) Por último y cómo más importante el uso de la democracia directa, que conlleva una mayor implicación popular, consigue asimismo una mayor aceptación y un mas amplio consenso por parte del pueblo.

Con este artículo no era mi intención expresar mi opinión sino informar al lector y dejar que cada uno haga su juicio personal.


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