La diplomacia cultural es una herramienta de los países para promover su propia cultura e intereses en el extranjero. Consiste en la difusión de ideas, valores, tradiciones, creencias y otros aspectos culturales para fomentar el entendimiento y las relaciones con otros. Dentro de la diplomacia cultural se encuentran la enseñanza de idiomas, los intercambios de estudiantes, docentes o profesionales, la exportación de música y cine, el turismo, o las actividades culturales como exposiciones o festivales.
El fomento de la cultura de un pueblo al exterior está al servicio de los objetivos de política exterior del país. La diplomacia cultural no debe confundirse con la propaganda, más orientada a moldear las percepciones ajenas para conseguir unos objetivos. En cambio, la diplomacia cultural es una rama de la diplomacia pública, pues tiene como fin promover el interés sobre el país al público internacional mediante acciones culturales. A su vez, la diplomacia pública es una herramienta de poder blando, concepto introducido por el geopolitólogo estadounidense Joseph Nye en 1990 para representar la capacidad de un país de influenciar a otros a través de la atracción o la persuasión, en vez de mediante la coacción militar o económica.
Intercambio cultural y educativo
El origen de la diplomacia cultural suele atribuirse al nacimiento en 1883 de la Alianza Francesa, una institución privada que promueve ese idioma en el mundo. Francia, además tiene un instituto público similar, el Instituto Francés, fundado en 1907. Después se fundaron otros importantes centros culturales como el Instituto Dante Alighieri italiano en 1923 o el British Council en 1934, y ya en el contexto de la Guerra Fría nacieron la American House Institution en 1945, el Goethe Institut alemán en 1951 o la Japan Foundation en 1972. Por su parte, España fundó en 1992 el Instituto Cervantes, que, con sedes en 45 países, es una de las mejores herramientas de difusión del español y las culturas hispánicas en el extranjero.
¿Dónde tiene sedes el Instituto Cervantes?
Como consecuencia de la globalización y la formación de una opinión pública global, asuntos de “poder duro” como la seguridad o el poder económico han perdido cierto peso en las relaciones internacionales en favor de las cuestiones culturales. Por ejemplo, en el ámbito educativo, uno de los mejores ejemplos es el del programa Erasmus de la Unión Europea. Dedicado al intercambio de universitarios entre países miembros, hoy tiene fines más amplios, como el de subvencionar proyectos educativos o formar a docentes a nivel europeo.
Cine, rock ‘n’ roll y sushi
El cine y la música también son mecanismos de diplomacia cultural que ayudan a crear una percepción del país en las audiencias globales. Estados Unidos ha dominado durante el último siglo la industria cinematográfica gracias a Hollywood, que, pese a que ya no es la mayor productora de películas del mundo —India y China están por delante—, sigue siendo la más influyente. Además, el cine, como cualquier creación artística, se utiliza como vehículo para la transmisión de ideas políticas, algo por lo que industrias como la estadounidense han sido criticadas.
Durante la Guerra Fría, tanto la Unión Soviética como los países de la Europa del Este estuvieron expuestos a la ofensiva cultural de Occidente, no solo con el cine, sino con la música, sobre todo mediante el rock y el jazz, provenientes en especial de Estados Unidos. El enfrentamiento ideológico se daba por tanto también en el plano cultural. Así, y pese a estar prohibida la distribución de su música, el efecto que tuvieron bandas como The Beatles y el mensaje de sus canciones en el pueblo soviético es un ejemplo de cómo los artistas pueden convertirse en embajadores de su cultura.
La diplomacia de las seis cuerdas: rock contra la URSS
Con todo, no solo Estados Unidos o Europa han sabido usar sus herramientas de diplomacia cultural. Países como México, mediante la difusión de su cultura gastronómica, su folklore y sus artes, o Japón, gracias al sushi, el anime o los videojuegos, también han aprovechado el potencial de la diplomacia cultural para proyectar su idiosincrasia y fortalecer su reputación internacional. Más recientemente, Corea del Sur está viviendo un importante crecimiento en este ámbito por el fenómeno mundial de la música k-pop.
¿Qué es la diplomacia cultural, ganar influencia a través de la música o el cine? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.