Me he dado cuenta de que, si quiero que este blog lo lea alguien que no sea infértil, estoy en mi deber de explicar en que consiste una Fecundación In Vitro o FIV. Está claro que hasta que no nos enfrentamos a un problema de infertilidad y nos encontramos de bruces con la reproducción asistida, estos temas no se conocen en absoluto.
Lo que yo explicaré ahora, es el tratamiento de FIV general, el que viene en el dossier que me facilitaron en la clínica de infertilidad. No obstante, cada mujer es un mundo, y está en manos de su ginecólogo darle un tipo de tratamiento u otro.
¿En qué consiste la Fecundación In Vitro (FIV)?
A modo de resumen, una fecundación in vitro se refiere a la unión de un óvulo y un espermatozoide en el laboratorio, y no en la trompa de Falopio de la mujer, como viene siendo la manera natural. Para ello, es necesario extraer los óvulos de los ovarios de la mujer, y juntarlos con una muestra de semen para que tenga lugar la fecundación. Posteriormente, se realiza la transferencia de embriones al útero de la mujer mediante una cánula introducida a través del cuello uterino. Los embriones restantes, si los hay, pasarán a ser criopreservados para utilizarse más adelante.
Primera fase de la FIV – Estimulación Ovárica
Se le administra a la mujer un tratamiento hormonal con el objetivo de obtener el mayor número de ovocitos maduros posible. Para realizar esta estimulación, la mujer deberá inyectarse desde el día 2 del ciclo y de forma diaria, un cóctel de hormonas FSH y LH, que provocará la evolución de múltiples folículos (por ejemplo, Menopur).
Además, a partir del día 6 del ciclo, o cuando lo recomiende el ginecólogo, será necesario inyectar también, un antagonista de la hormona liberadora de gonadotropinas con el fin de evitar una ovulación espontánea (por ejemplo, Orgalutran).
Se irán realizando ecografías de control para monitorizar el crecimiento de los folículos y, llegados a este punto, pueden darse varios casos:
- Hay una respuesta normal de los ovarios, por lo que el tratamiento sigue adelante.
- Hay una respuesta insuficiente de los ovarios, por lo que se cancelará el ciclo.
- Hay una respuesta exagerada de los ovarios, con el riesgo de hiperestimulación que ello conlleva. Sólo se cancela la transferencia embrionaria, que se realizará en el siguiente ciclo en el que la mujer esté ya recuperada.
Ante una respuesta folicular normal, llegará un momento indicado por el ginecólogo y que normalmente suele ocurrir alrededor del día 12 del ciclo, en el que la mujer tenga que inyectarse gonadotropina coriónica (por ejemplo, Ovitrelle). Mediante esta inyección, los óvulos terminan de madurar y entre 35 y 36 horas después, se realizará la punción.
Es muy importante administrar esta última inyección cuando lo indique el ginecólogo, pues estará programado en función de la hora de la punción.
Segunda fase de la FIV – Punción folicular
El objetivo de la punción folicular es extraer los óvulos formados durante la estimulación ovárica. Para ello, bajo sedación profunda y mediante control ecográfico, se aspira el líquido folicular de cada uno de los ovarios. En este momento, el hombre deberá entregar su muestra de semen para que la lleven al laboratorio. Si ese día ocurriese algún imprevisto y él no pudiera estar, es recomendable que previamente se haya realizado una congelación de su semen. De este modo, sus espermatozoides estarán siempre disponibles.
La punción suele durar alrededor de 15 minutos y posteriormente, se realiza una recuperación de 2 o 3 horas mientras se realiza el recuento de ovocitos en el laboratorio. Lo normal es que, antes de irse a casa, el ginecólogo informe a los pacientes de cuántos ovocitos maduros se han extraído, ya que no todos los folículos puncionados tienen que contener, necesariamente, un óvulo en su interior.
Al día siguiente de la punción, es necesario comenzar con un tratamiento de progesterona cada 8 horas por vía vaginal u oral, en función de las indicaciones del ginecólogo. De este modo, se comienza a preparar el endometrio para recibir al embrión o embriones que van a transferirse. Este tratamiento no deberá finalizarse hasta que el ginecólogo lo indique.
Tercera fase de la FIV – Fecundación en el laboratorio
Una vez obtenidos los óvulos y los espermatozoides de los pacientes, los biólogos tratarán de fecundarlos. En principio, pondrán una muestra de semen sobre los óvulos para que estos los fecunden, no obstante, en función del problema reproductivo de los pacientes, es posible que se practique una microinyección intracitoplasmática o ICSI, que consiste en introducir un único espermatozoide en el interior de cada óvulo.
Diariamente, los pacientes deberían recibir una llamada del laboratorio informándoles de cuantos óvulos han fecundado y cómo evolucionan. En función de su desarrollo, es posible que transfieran los embriones al tercer o al quinto día.
Cuarta fase de la FIV – Transferencia de embriones
El día de la transferencia, como he dicho anteriormente, puede darse a los tres o cinco días de la punción. Esta decisión la tomarán desde el laboratorio y será transmitida a los pacientes.
El proceso de la transferencia embrionaria consiste en la introducción del embrión o embriones en el útero de la mujer. Es un proceso sencillo e indoloro, que no requiere más que un calmante para que se relaje la musculatura del útero.
En función de la calidad de los embriones, se ayudará a los pacientes a decidir cuántos embriones se transfieren. La ley española limita a un máximo de tres embriones transferidos a la vez. Una vez tomada la decisión, el resto de embriones se congelarán para futuros ciclos de los pacientes.
Una vez introducido el embrión o embriones en el útero de la mujer, se permanece en reposo durante unos 15 minutos. Seguidamente, los pacientes podrán marcharse a casa y la mujer deberá mantener unos dos o tres días de reposo relativo en casa. Después, podrá llevar una vida normal, aunque se recomienda no realizar esfuerzos, ni levantar pesos o hacer deporte. Se recomienda también no mantener relaciones sexuales durante los primeros 7 días, así como no realizar baños de inmersión.
Como he indicado anteriormente, se deberá seguir administrando la progesterona según indicaciones del ginecólogo.
Doce días después de la transferencia, la mujer deberá realizarse un análisis de embarazo en sangre. La detección de la hormona beta-HCG se realiza en sangre porque puede ser imperceptible por un pipitest. A estos días de espera entre la transferencia y el análisis de embarazo, se conoce entre la muchedumbre infértil como betaespera.
Si el resultado es positivo, habrá que notificarlo a la clínica para que programen una ecografía. Cuando observen que todo evoluciona favorablemente, los pacientes serán dados de alta y podrán llevar su embarazo con cualquier ginecólogo. El tratamiento de progesterona deberá continuarse hasta que el ginecólogo indique lo contrario.
Si el resultado es negativo, se suspenderá el tratamiento de progesterona para que baje la regla. Si hay embriones congelados, en el siguiente ciclo puede volverse a realizar una transferencia. Para ello, la mujer únicamente tendrá que preparar su endometrio con progesterona para recibir de nuevo un embrión.
Y esto es lo que sería un ciclo de FIV. No obstante, me gustaría comentar otras variaciones de FIV, que a grandes rasgos, son como las siguientes:
- Óvulo de la mujer + semen de la pareja (proceso descrito)
- Óvulo de donante + semen de la pareja (la donante de óvulos es la que pasa por estimulación + punción, después la mujer recibe los embriones mediante la transferencia embrionaria habiendo preparado previamente su endometrio con progesterona).
- Óvulo de la mujer + semen de donante (proceso descrito, excepto por la muestra de semen que es de un donante).
- Óvulo de donante + semen de donante (este proceso es conocido como ADE o adopción de embriones. En este caso, la mujer sólo ha de preparar su endometrio para el embrión que le transferirán).
Tener que optar por alguno de los tratamientos anteriores va a depender del estado de nuestro sistema reproductor. Gracias a las pruebas y avances médicos, hoy en día es muy difícil no ser padres. No obstante, el proceso puede ser doloroso, tanto física como mentalmente, y ahí reside el drama de esta situación. Las largas esperas, la posibilidad de que sea que no (que hay casos, y muchos, que pasan por multitud de tratamientos), los efectos secundarios de las hormonas, etc.
Espero que esta información sea útil para todas aquellas personas que tienen dudas, o simplemente, curiosidad por conocer lo que tienen que pasar las parejas que se enfrentan a este tipo de tratamientos. Si creéis que me he dejado algo importante, o mejor aún, estoy equivocada en algo, os agradecería que me lo dijerais en los comentarios.
La finalidad de este post, no es otra que acabar con la ignorancia entorno a este tratamiento.