La columna vertebral posee algunas curvas naturales que, en caso de verse exageradas, pueden dar orígenes a diferentes problemas de salud. La lordosis es una de ellas y consiste en la curvatura frontal de la columna vertebral (se observa al mirarla de perfil, no de frente). En los casos de lordosis la columna tiene una inclinación profunda en parte inferior de la misma (la zona lumbar). Por la configuración especial que adoptan las vértebras de la columna en esta parte del cuerpo la parte más baja de la espalda da una impresión de concavidad bastante pronunciada.
Una de las exteriorizaciones que caracteriza a la lordosis es la prominencia exagerada de los glúteos hacia afuera. Existen dos tipos principales de lordosis: la fisiológica y la patológica. La lordosis fisiológica se da especialmente en mujeres embarazadas. Es leve y se retira al final de dicho período. La lordosis patológica, en cambio, es bastante más acentuada y suele tener origen congénito. Lo más normal es que la lordosis patológica esté acompañada de algún tipo de escoliosis.
La lordosis es una afección que no presenta síntomas dolorosos. Las personas con lordosis nunca se quejan de molestias en la columna vertebral, los glúteos u otras partes de las piernas (como sí puede ocurrir con otros problemas, como la ciática). Al mismo tiempo, no presentan inconvenientes y molestias al evacuar la vejiga o los intestinos.
La forma más confiable de detectar el nivel de gravedad de una lordosis es por medio de una placa con rayos X. De todas maneras, se puede efectuar un testeo casero. Hay que acostarse boca arriba sobre una colchoneta y verificar la curvatura que se forma en la parte más baja de la espalda (en las personas con lordosis será muy amplia, excediendo la curvatura natural).