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¿Qué es la política? (II)

Publicado el 25 junio 2014 por Erasmodesiderio @erasmodesiderio
Órdenes militares hispánicas -Tabla-

Órdenes militares hispánicas -Tabla- (Photo credit: Wikipedia)

Continuando con la evolución histórica de la política como organización del Estado y de la administración y la participación de los ciudadanos en dicha organización, nos referiremos brevemente a la Edad Media. Nos centramos así en Europa, principalmente por necesidad, porque la forma de organización del Estado, tal y como la conocemos hoy, es un producto europeo, con todos sus fallos y todas sus ventajas. En dicha época, la mayor inseguridad en las ciudades, que no podía ser ya defendidas por el ejército del Imperio Romano tardío frente a las invasiones de los llamados “bárbaros” (que realmente habían sido aceptados como defensores de las fronteras en bastantes casos), y el éxodo continuado hacia el campo donde era más fácil defenderse, da lugar a la organización feudal. Dicha organización no fue igual en toda Europa, ni siquiera dentro de cada país.

Español: La campana de Huesca (1880), de José ...

Español: La campana de Huesca (1880), de José Casado del Alisal (1832-1886). (Photo credit: Wikipedia)

Pero sí podemos señalar, como característica fundamental, a los efectos que nos importan, que la organización administrativa y estatal es mínima, teniendo en muchos casos, más poder los nobles que los reyes (valgan como ejemplo Ramiro II el Monje de Aragón y la “campana de Huesca” o Don Enrique el Doliente y su banquete con verdugo dedicado a la díscola nobleza castellana).

Español: Juan de Peñalosa, Santo Tomás de Aqui...

Español: Juan de Peñalosa, Santo Tomás de Aquino, óleo sobre lienzo, (306 x 266 cm.) Córdoba, Museo de Bellas Artes. (Photo credit: Wikipedia)

Sin embargo, tanto la organización eclesial, mucho más compleja y regida por hombres cultos e instruidos (algo poco común en la época) como la recepción del derecho común o la parte privada del Derecho Romano (siglo XIII) son dos elementos que van a ser determinantes en épocas posteriores. Primero, porque demuestran que la organización social puede estar regida por el derecho y la razón y no por la fuerza. Segundo, porque no sólo se refieren a cuestiones públicas, sino también privadas que permiten una mayor seguridad jurídica y, por tanto, también una mayor estabilidad tanto social como económica. Todo ello hace que florezca el comercio y que, por tanto, se produzca una lenta pero segura recuperación de las ciudades. Ello trae consigo, primero, una lucha entre el Papado y el Imperio por el poder supremo (güelfos y gibelinos) y, segundo, un cambio en la mentalidad de los súbditos que comienzan a considerarse no vasallos, como en la organización feudal, sino ciudadanos, aunque para que ello tenga consecuencias jurídicas es preciso esperar a las revoluciones racionalistas posteriores.

Así, la participación de los súbditos es nula en la toma de decisiones y en la política en general. Sólo los señores feudales y el rey participan en ellas, habiendo muchas dificultades para que una persona pase de un “estado” a otro. Además, aunque la esclavitud como tal no existe, la propia mecánica social y económica determina el nacimiento de los llamados “siervos de la gleba“, que viven atados a la tierra, de forma que sólo si conseguían llegar a una ciudad o villa, se les consideraba hombres libres. Por regla general, dichos siervos desaparecen durante el siglo XV, aunque en determinados países (Rusia, por ejemplo) perduran hasta épocas mucho más tardías.

Ahora bien, la necesidad de un poder fuerte determina la unificación en unidades políticas superiores (Francia, Inglaterra y, por supuesto, España), tanto porque la paz determina mayor estabilidad y, por tanto, una mayor prosperidad, como porque la continua rivalidad de los nobles hacía prácticamente imposible que se pudieran enfrentar cada país con garantías frente a terceros. Nace así el Estado autoritario y, posteriormente, el absoluto, pero su examen corresponderá al siguiente post.

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