Uno de los argumentos esgrimidos a la hora de defender la generación eléctrica con tecnología nuclear es su capacidad de aportar una producción energética en régimen de base. Pero, ¿qué es “potencia de base” o “energía de base”? ¿Se trata realmente de una ventaja competitiva de esta tecnología?
Así define el Foro Nuclear la “energía de base”:
“La energía de base es la que, por ser capaz de ser producida de forma continua y en condiciones económicas aceptables para el mercado, ocupa la “base” de la curva de carga. La cobertura de la curva de demanda se realiza, por consiguiente, añadiendo a la energía base el resto de energías producidas por las diferentes tecnologías, según su disponibilidad y sus costes variables“.
Como ya vimos, lo importante para garantizar el abastecimiento de la demanda es que exista en cada momento potencia firme disponible. Las centrales térmicas tienen la capacidad de producir energía eléctrica de forma continua, pero a diferencia del resto, la nuclear no es flexible, no es gestionable y por tanto no puede adaptarse a las variaciones puntuales de la demanda, lo que sin duda representa un impedimento.
La Energía nuclear, al no ser gestionable, no puede adaptarse a los requerimientos de la demanda, por eso solo puede cubrir una parte de la porción de la demanda que no se ve alterada por las necesidades puntuales.
La “energía de base” o “potencia de base” no es una ventaja a la hora de cubrir la demanda, sino un prioridad de entrada en el sistema necesaria para solventar el inconveniente de la falta de gestionabilidad.
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