¿Qué es la psicoterapia existencial?

Por Davidsaparicio @Psyciencia

“Sólo existe un problema filosófico verdaderamente serio… Juzgar si la vida vale o no ser vivida responde a la pregunta fundamental de la filosofía.” Albert Camus.

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La psicoterapia existencial es mucho menos conocida en comparación con otros enfoques del bienestar mental. En este artículo intentaré resaltar brevemente sus principios y esquema porque creo que podría y debería jugar un rol más importante en cómo lidiamos con los problemas que todos inevitablemente enfrentamos como parte de la vida.

En esencia, la psicoterapia existencial es la aplicación de ideas filosóficas a los problemas del vivir. En su forma más efectiva, puede habilitar a una persona a entender mejor el potencial de su existencia y estimularla para encontrar una nueva perspectiva de la vida y de cómo la viven. Puede ayudar a las personas a encontrar sabiduría y aprendizaje en sus sufrimientos y equiparlas para tomar decisiones consideradas y valientes, lo que les permite aceptar y trascender su situación actual que los lleva a terapia.

La pregunta fundamental de la filosofía de Albert Camus, de juzgar si la vida vale o no ser vivida, captura una parte significativa de la filosofía del existencialismo: el significado. Se basa en que, si partimos desde el punto en que aceptamos que vale la pena vivir, entonces tenemos que comprometernos a vivirla de la mejor manera que podamos y tenemos una responsabilidad con nosotros mismos de crear una existencia significativa en la cara de la inevitable ansiedad existencial que viene con el desafío.

La psicoterapia existencial es un enfoque fenomenológico de la terapia, que le da importancia a la experiencia subjetiva del individuo en terapia y le da aún más relevancia a la descripción de esa experiencia, en vez de interpretarla y juzgarla.El trabajo de un terapeuta existencial está filosóficamente fundado en las cuatro cuestiones de la existencia – problemas que naturalmente surgen del hecho de que existimos: la libertad y la a menudo olvidada responsabilidad que viene con ella, el aislamiento, la muerte y la falta de significado.

si partimos desde el punto en que aceptamos que vale la pena vivir, entonces tenemos que comprometernos a vivirla de la mejor manera que podamos

Cada cuestión está enraizada en los trabajos filosóficos de los pensadores existenciales de los siglos XIX y XX, desde Kierkegaard hasta Nietzsche; Heidegger hasta Sartre y en las bases del trabajo terapéutico existencial. A continuación exploraré brevemente cada cuestión y tocaré lo que significa la fenomenología en la práctica, con la esperanza de dar mayor claridad a este a veces mal entendido enfoque de la psicoterapia.

Libertad y Responsabilidad

“El hombre está condenado a ser libre; porque una vez arrojado al mundo, él es responsable por todo lo que hace. Depende de ti darle un significado a la vida.” Jean Paul Sartre.

Como seres conscientes de nosotros mismos con la habilidad de reflexionar y tomar decisiones estamos “condenados a la libertad.” Sartre usa la palabra condenados para transmitir la idea  de que tener tal libertad no es, como en las nociones populares de libertad, la habilidad de hacer lo que sea que uno quiere; viene con un precio, y ese precio es responsabilidad. Frente a la gran responsabilidad de sacar el máximo provecho de la libertad de elegir, nos ponemos ansiosos.

No ansiosos en el sentido que hemos visto en la sociedad, un trastorno neurótico, algo que debe ser tratado con pastillas y evitado, sino un estado natural de angustia que viene de tener que hacer nuestro propio camino en un mundo duro e implacable. En palabras de Emmy Van Deurzen: “Es una en-fermedad pero no una enfermedad.”

Mientras estemos vivos y conscientes de nuestro potencial de actuar de diferentes maneras, la angustia estará presente para alertarnos sobre la importancia de todo lo que hacemos. Un enfoque filosófico de la ansiedad es usarla para inspirar coraje; para trascender nuestros sentimientos de preocupación. Cuanto mejor lidiemos con tal angustia y cuantas más decisiones valientes tomemos a pesar de ella, más nos damos cuenta de lo que somos capaces.

la habilidad de hacer lo que sea que uno quiere; viene con un precio, y ese precio es responsabilidad

Incluso aquellos con una percepción determinista del universo tienen que trabajar bajo la ilusión del libre albedrío y aún deben tomar decisiones cotidianamente. En lugar de desairar la idea del libre albedrío,la psicoterapia existencial lo toma como el punto de partida para cualquier deseo individual de crear más dirección en sus vidas y sacar lo mejor de su potencial para el cambio dentro de sus límites.

A través del diálogo terapéutico, es posible reconectar a un individuo con lo que le importa, resaltar valores que aprecia y hacerlo capaz de reflexionar sobre las consecuencias potenciales de sus elecciones. Poder pensar a través de opciones filosóficamente, desde una perspectiva de mayor claridad sobre quiénes son y a dónde quieren ir es una habilidad que el terapeuta buscará inculcar en cualquier individuo con quién trabaje, con la esperanza de empoderarlos para que sean más independientes y resilientes mediante la toma de responsabilidad de sus elecciones en el mundo exterior.

Aislamiento

“En la profundidad del invierno finalmente aprendí que en mí había un verano invencible.” Albert Camus.

El aislamiento va más allá de estar o no físicamente solo, es muy posible estar en un concierto multitudinario lleno de vida, energía y música y sentirse completamente solitario y psicológicamente aislado de aquellos que están alrededor suyo. Por otro lado, es completamente posible estar solo y aún así estar enteramente comprometido en tu propio mundo donde los sentimientos de aislamiento están lejos de tu mente.

En imagen: Albert Camus

Desde una perspectiva existencial, el sentimiento de aislamiento viene de estar desconectado con el mundo. Cuanto más cedemos a la ansiedad, más nos alejamos de ser la persona que nos gustaría ser lo cual puede aumentar el sentimiento de desaliento o depresión.

Este sentimiento de aislamiento existencial está vinculado a lo que Heidegger se refirió como “autenticidad.” Cuanto más decisiones tomamos sobre la base de lo que otros piensan que deberíamos hacer, más nos desviamos de nuestro ser más auténtico – aunque la idea de un ser auténtico es un concepto fluido, dinámico y cambiamos a través de la vida – más aislados nos sentimos en nuestro mundo personal al punto en que nos sentimos solos en una habitación repleta de gente o no sentimos ganas de salir al mundo para nada.

Si aprendemos a actuar de una manera más “auténtica”, seremos capaces de tomar decisiones más en sintonía con quienes somos y se siente más familiar; lo que se siente correcto para vos en ese momento, lo cual disminuye nuestro sentimiento de aislamiento y nos hace sentir más vivos.

Cuanto más decisiones tomamos sobre la base de lo que otros piensan que deberíamos hacer, más nos desviamos de nuestro ser más auténtico

Entonces un profesional existencial buscará habilitar a la persona a que se conecte o reconecte con las cosas que lo hacen sentir activo con la vida para que, ya sea que estén solos o en compañía, ellos sean capaces de sentirse creativamente comprometidos en el acto de vivir, conectados con un sentido de sí mismos y un sentido de propósito en lo que están haciendo La idea es que una persona debería vivir por sí misma y a través de eso beneficiar a otros, en vez de vivir solamente por uno mismo o perderse a sí mismos en el mundo de otros.

Muerte

“Si tomo la muerte en mi vida, la reconozco, la enfrento directamente, me liberaré de la angustia de la muerte y de la mezquindad de la vida – sólo entonces seré libre para convertirme en mí mismo”. Martin Heidegger.

Hemos llegado a ver a la muerte como algo horrible. Es un tabú social. Algo que debe ser barrido bajo la alfombra y olvidado. Nos hemos vuelto complacientes en nuestra seguridad relativa y hemos crecido para esperar cualquier dolencia y enfermedades para ser tratadas inmediatamente y con éxito.

Nuestro saber cómo tecnológico ha quitado el espectro de la muerte que siempre fue una parte mucho más inmediata de culturas humanas pasadas ya que la mayoría de nosotros en sociedad ya no tenemos dificultades para alcanzar nuestras necesidades básicas. Enfermedades previamente incurables ahora son fácilmente anuladas y tenemos la capacidad de mantener personas vivas mucho más allá de sus habilidades independientes de sobrevivir naturalmente.

Sin embargo, somos seres mortales y lo que Heidegger está diciendo es que llegar a un acuerdo con nuestra mortalidad, tener esa idea zumbando en el fondo de nuestras conciencias mientras nos movemos por la vida, reconocer que nuestro tiempo aquí es finito, puede darnos una motivación profunda para hacer lo máximo de nuestro tiempo; para valorar cada día y no desperdiciarlos; para apreciar la experiencia de vivir y moverse valientemente a lo largo del camino que elegiste con integridad y gratitud.

El trabajo de un terapeuta existencial a veces será conectar a un individuo con este sentido de importancia; que vida es lo que tenemos y puede ser vivida y apreciada en muchos niveles diferentes. A menudo podemos perder esta perspectiva y preocuparnos con “la mezquindad de la vida” cuando, si retrocedemos un pasa, y pensamos filosóficamente sobre nuestra experiencia, podemos reconectar con lo que es importante.

Falta de sentido

“Era como si esa gran oleada de cólera me hubiera limpiado, me hubiera vaciado de esperanza y, al contemplar el cielo oscuro salpicado de signos y estrellas, por primera vez, primera vez, dejé mi corazón abierto a la benigna indiferencia del universo.” Albert Camus.

La conclusión lógica de la mentalidad humana racional, atea y científica es que no hay pruebas de que la vida tiene algún significado. A finales del siglo XIX Nietzsche previo el peligro potencial del decaimiento de la creencias religiosas y la alza del nihilismo:

“Dios está muerto. Y nosotros lo hemos matado… ¿No es la grandeza de esta muerte muy grande para nosotros? ¿No deberíamos convertirnos nosotros mismos en dioses simplemente para parecer dignos de ello?”

reconocer que nuestro tiempo aquí es finito, puede darnos una motivación profunda para hacer lo máximo de nuestro tiempo

En la ausencia de una explicación divina del universo lo que automáticamente otorga significado en la vida del individuo, nos queda el “volvernos dioses” mediante la toma de responsabilidad por crear ese significado nosotros mismos.

Lo que la filosofía y psicoterapia existenciales buscan hacer es usar esa idea para empoderar al individuo. Cuando Camus se refiere a la “benigna indiferencia” del Universo, sólo está diciendo que: el hecho de que es indiferente nos permite ser los creadores de nuestros propios destinos; usarlo como un escrutinio sobre el que creamos significado. Ya sea que eso es a través de un compromiso con ideas religiosas o no, implica que una evaluación crítica las creencias propias es necesaria en orden a actuar en el mundo desde una posición de convicción y mayor propósito.

En esta búsqueda de significado, el trabajo del terapeuta existencia es resaltar valores y alentar a la reflexión. A menudo la incongruencia entre los valores y la realidad o la forma en que actuamos en el mundo y la manera en la que actuaríamos idealmente puede ser una fuente de frustración existencial. El proceso de la terapia existencial procurará hacer posible que la persona se de cuenta de esta disparidad y alentará la acción para permitir al individuo que conecte su mundo interno de valores y significado con sus acciones en el mundo externo. Es a través de este acto de integración de estos niveles de ser y conectar con el mundo lo que trae significado a la vida del individuo.

Fenomenología

“La vida no es un problema para ser resuelto, sino una realidad para ser experimentada.” Søren Kierkegaard.

La psicoterapia existencial es un enfoque fenomenológico de la psicoterapia lo que significa que la regla de oro es facilitar a los individuos para que describan sus propias experiencias subjetivas del mundo para establecer lo que la experiencia significa para ellos, como opuesto a imponerles una interpretación.

En imagen: Søren Kierkegaard

El terapeuta existencial debe por lo tanto mantener una mente abierta en orden a permitir a las personas investigar sus propios seres. Y así el terapeuta debe esforzarse para estar “co-presente” con la persona mientras ellos luchan con sus propios problemas y soluciones existenciales y no tratar de proveerles desde una noción preconcebida de verdad objetiva.

El terapeuta no busca etiquetar una persona con un diagnóstico que podría desempoderarlo en su lucha con el problema que sea que enfrenta. Mientras que es por supuesto importante tener un amplio conocimiento de las condiciones psicológicas, el terapeuta existencia debe estar atento a las consecuencias de cualquiera de esas etiquetas y si es que será de ayuda para la persona en el futuro. Toma el ejemplo de la ansiedad: una etiqueta de “trastorno de ansiedad, ¿alentará a la persona a enfrentar y trascender sus ansiedades o llevará a evasión y medicación?

Lo importante a tener en cuenta es lo que habilitará al individuo. Hay un amplio rango de intervenciones psicológicas para toda una variedad de dolencias, pero un profesional existencial siempre debe mirar a lo que está sucediendo desde lentes filosóficos y no saltar a un set preexistente de tratamientos o arreglos rápidos.

Esto no es para decir que un enfoque existencial es siempre la respuesta y que la referencia a otros tipos de profesionales nunca debe ser hecha, hay muchos enfoques de la salud mental, todo lo cual tiene su valor, pero debemos tener cuidado de patologizar y tratar a las personas basados en un set de síntomas antes que con un enfoque más holístico del bienestar mental.

Conclusión

“La felicidad es la simple armonía entre los seres humanos y las vidas que llevan.” Albert Camus.

La filosofía puede ayudar a todos a desarrollar principios morales y éticos para ellos mismos y a encontrar qué los abre al arte de vivir en el mundo y florecer como flores llegando al cielo, atrayendo nueva vida. El existencialismo reconoce el potencial único del ser humano de ejercer el libre albedrío, dentro de un determinado marco de referencia, y crear su propia esencia y continuamente cambiar en una relación dialéctica entre sus mundos externo e interno en una puja por encontrar la armonía a la que refiere Camus.

En su mejor momento, puede ayudarnos a no tener miedo del sufrimiento que inevitablemente experimentaremos en la vida y nos permite entender que los tiempos de crisis son momentos para la reflexión y el aprendizaje. Ayuda a descubrir lo que es importante para nosotros a través de la investigación fenomenológica y provoca una intensa motivación en personas que están siempre sorprendidas por lo que son capaces cuando se comprometen en algo que importa.

Está basada en un diálogo honesto, abierto, amable, pacífico que busca significado y verdad y puede habilitar a las personas a aprender cómo enfrentar sus problemas y dilemas en una forma que les da mayor claridad, mayor libertad de contradicciones y confusiones previas.

La meta final es que las personas aprendan a amar sus destinos y sus vidas, que saquen el máximo provecho de lo que tienen, que sean lo mejor de quienes son y que contribuyan al mundo en su propia forma mientras puedan. En pocas palabras, inspirar acciones valientes y una forma más profunda de vivir.

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Traducido y editado por: Maria Fernanda, Alejandra Alonso y David Aparicio