Y de repente has cogido un montón de kilos. Es verdad que te estás pasando un poco. ¿¡ Pero tanto, como para tener una talla más!?
Pues te voy a explicar lo que te ha podido pasar.
¿Quizás tienes una resistencia a la insulina?
¿Y en qué consiste esto? Pues te voy a explicar un poco de fisiología.
La glucosa, que tú tomas en los alimentos, cuando llega a tu organismo, se almacena en el músculo, en el hígado y en el tejido adiposo.
Para que esta glucosa entre en las células del músculo y del hígado, necesitas insulina (es una hormona, que fabricas en tus páncreas). Podrías decir, que es la llave de entrada a tus células.
Cuando la insulina llega allí, ésta se une a un receptor específico de membrana. Esta unión produce una señal celular. Y hace que unos receptores, que están libres en tu citoplasma, se movilicen y vayan a la membrana celular, permitiendo la apertura de un canal, para que la dicha glucosa entre dentro de la célula. Son los receptores GLUT 4. Mientras la insulina no se una a su receptor de membrana, la glucosa no puede entrar en el interior celular.
Cuando hay un exceso de glucosa, porque has comido mucho. Tu insulina se une a su receptor y activa la reacción que antes te he explicado. Entonces, este exceso de glucosa es utilizado por tus mitocondrias para generar energía. Y el resto, se almacena en forma de grasa dentro de tu célula.
El problema viene, cuando hay una acumulación excesiva de esta grasa en órganos viscerales, como el hígado, el corazón, páncreas… etc. Aquí, tienes todas las papeletas para que tu grasa se oxida, se produzca la lipotoxicidad. ¡Y te aseguro, que la situación es para preocuparse mucho!
Pero nuestro cuerpo es muy sabio y tu propia acumulación de grasa en el interior de tus células impide que tu insulina, se una con su receptor y movilizar a los GLUT 4. Traducido al Español, se bloquea la entrada de más glucosa al interior de tu célula. A esto se le llama resistencia a la insulina. Cuando la grasa disminuye dentro de tus células, volvemos a ser sensibles a la insulina.
Pero además, como hemos impedido que la glucosa entre, los excesos de ésta está dando vueltas por todo tu cuerpo. Y puede llegar a ser muy tóxica. Para que esto no ocurra, tiene que entrar en algún lado. ¡Zas! y el exceso de glucosa va hacia el tejido adiposo y se acumula este en forma de grasa. Y por ello engordas.
Tu tejido adiposo no es sólo un almacén de energía por la grasa acumulada sino que además, produce una sustancia, llamada leptina. La importantísima misión de la leptina, es frenar tu hambre. Te sacia. Te dice, “¡Para de comer, ya no necesitamos nada más!”
Pero como en toda buena historia, hay una parte negativa. Y es que, desgraciadamente, la industria alimenticia, ha creado unos alimentos, tan increíbles… olfativamente hablando…por el sabor… Que su alta palatabilidad hace, que tu cerebro olvide esa señal que llega del tejido adiposo, de “para de comer, estás lleno”. Se pone tonto… y pasa tres pueblos de él.
Y como sigues comiendo, tu tejido graso se sigue llenando de glucosa. Que como ya te he dicho, se transforma en grasa. El problema viene, cuando ésta se oxida. Pues esto va a activar a tu sistema inmunológico. Lo que luego se traduce en una inflamación de bajo grado.
Y esto te genera un impacto mucho mayor. Cuanta más grasa acumulas, la respuesta inmunitaria, o sea la inflamación es también mayor. No volverás a tu estado normal.
Has generando lo que se le llama, una resistencia a la insulina. Tu cuerpo produce insulina con normalidad, pero no es capaz de utilizarla.
Esta inflamación se produce de forma suave. Vas notando cansancio, pequeños dolores en distintas partes de tu cuerpo.
Si esto perdura en el cuerpo, sigues engordando, pues sigues comiendo. Cada vez vas a peor.
Y ya no sólo estás cansado, pues se necesita mucha energía para mantener el sistema inmune revolucionado. Si no que además, puedes desencadenar, alguna patología.
¿Qué puede provocar la resistencia a la insulina?
- enfermedades autoinmunes (si estás predispuesto genéticamente para ellas)
- depresión (toda la energía que produce tu cuerpo está destinada a mantener activismo al sistema inmunológico, por lo que llega poca energía al cerebro
- ovarios poliquisticos, dismenorrea, infertilidad
- acné
¿Has visto todo lo que el estar gordo, te puede acarrear?
Una dieta variada, donde quites de en medio los “antialimentos” como son la glucosa, los productos procesados, el gluten…
Y si necesitas de alguna ayudita, pregúntame. Te puedo ayudar. Creo que ahora es más que nunca, importante cuidarse. Estar en un peso correcto. Hacer ejercicio. En definitiva, tener una vida sana. La obesidad es otra pandemia que tenemos los humanos encima, pero no la vemos. ¿Y tú la has visto ya
¡Piensa en verde!
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