El prana es un tipo de energía holística que recorre el organismo de manera uniforme a través de sus puntos neurálgicos. De hecho, la energía vital conocida como prana es lo único que mantiene vivo al organismo. Según la tradición de la sanación pránica (uno de los abordajes terapéuticos que utiliza los tránsitos y canales de esta energía en sus recorridos por el cuerpo) existen tres fuentes principales para el prana: el prana solar, el prana del aire y el prana del suelo.
Los diferentes pranas son proyectados y aprovechados por diferentes entes y organismos. La abundancia de prana es uno de los mejores signos de buena salud y paz interna. Según las enseñanzas de la sanación pránica todas las personas que poseen prana en cantidades suficientes siempre consiguen que aquellos que los rodean se sientan mejor (les dan un poco de su prana). En cambio, los que no tienen el suficiente prana suelen drenar a los demás del prana que les está faltando.
La sanación pránica es una terapia que se puede realizar de forma autogestionada. El secreto de esta terapia radica en la posibilidad innata para todo ser humano de mejorar su estado de salud a través de la correcta manipulación de energía en su cuerpo. Todas las personas que gocen de un estado de salud normal y posean dotes intelectuales promedio pueden acceder a las enseñanzas de la sanación pránica que les permitirán ejercer un control más completo y consciente sobre estas habilidades. La modalidad básica que suelen adoptar los cursos de sanación pránica es como seminarios intensivos que se realizan en unas pocas jornadas, aunque últimamente están surgiendo otros formatos de transmisión (incluyendo algunas modalidades a distancia —aunque estas últimas no serían tan efectivas como las presenciales).
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