La vaginitis es una enfermedad del aparato genital femenino que consiste en una inflamación de la mucosa de la vagina que produce a la mujer dolor y sensación de ardor al orinar.
Existen dos tipos de vaginitis, dependiendo de su causa: la hormonal y la infecciosa. La primera es la que sufren las mujeres después de la menopausia y a ella contribuye el hecho de que el tejido vaginal se adelgace y de esta manera se irrite más fácilmente. La vaginitis infecciosa se da cuando se altera el equilibrio de la vagina y puede contagiarse por vía sexual.
Uno de los factores que contribuye especialmente a la vaginitis de tipo infeccioso es el abuso de antibióticos, que favorece la aparición de infecciones por levadura, o candidiasis, caracterizadas por la aparición de prurito vulvar. Enfermedades como la diabetes también pueden contribuir a que se den estas infecciones.
Si se decide tratar la vaginitis desde la óptica de las terapias naturales y, especialmente, la fitoterapia se puede optar por un lavado de la zona con hierbas antisépticas como la hierba de San Juan, hidrastia , equinácea púrpura, llantén mayor fresco, ajo y caléndula. La consuelda tiene un efecto emoliente que ayuda de manera importante a calmar las membranas como la de la vagina. Podemos alternar el tratamiento con otros lavados a base de acidóphilus, cuyas propiedades son óptimas para restablecer la flora benigna de la vagina.
Evitar ingerir alimentos dulces, levaduras y fermentados te ayudará a frenar tu vaginitis infecciosa ya que su consumo favorece la reproducción de la cándida en el organismo.