La verdad es que éste es un tema sobre el cual se han escrito muchísimos artículos en la red (yo incluso diría que demasiados). Basta con que te vayas a Google, y busques información sobre esto, para que halles toda una legión de posts y entradas en revistas, periódicos, blogs, foros… y total para que te llenen la cabeza de un montón de conceptos que bien se habrían podido extraer por pura lógica.
Introducción
Pues bien, si estoy criticando de forma velada, que éste sea un tema tan saturado, ¿por qué estoy escribiendo sobre él? Pues porque no quiero ofrecer una lista a la antigua usanza, en la que muestre las virtudes y defectos que tiene entrenar en una franja horaria u otra (porque insisto, por mucho que leas sobre la materia verás que todo lo que se dice, uno lo puede extraer por pura lógica), ya que me gustaría escribir un artículo de opinión en el que al final invite a que se comience un debate en la sección de comentarios.
Yo siempre he tenido bastante claro a qué horas del día me apetece más hacer ejercicio, pero últimamente he estado hablando mucho de ello con mi amigo Enrique (que ha salido ya varias veces en el blog, y de hecho ha escrito tres artículos), ya que ambos estudiamos un máster, estamos trabajando, nos enfrentamos a un tiempo libre muy acotado en nuestro día a día, nos gusta tanto salir a correr como a ir en bici y nos hemos visto obligados a tomar decisiones opuestas a la hora de buscar tiempo para entrenar.
La solución de Enrique. Entrenar por la mañana.
Madrugando, recién despertado y casi en ayunas (dependiendo de la ocasión, corre en ayunas o no) es cuando sale a hacer deporte.
¿Qué ventajas obtiene? Lógicamente activa antes su organismo, haciendo que el metabolismo esté más acelerado, queda despejado y reajado para el resto del día y ya se olvida de tener que salir a entrenar durante el resto de la jornada. ¿Qué inconvenientes tiene? Por la mañana suele hacer más frío (cosa que en verano es más bien una ventaja enorme), correr en ayunas puede ser peligroso si no se hace con cautela, los entrenamientos suelen ser de peor calidad y al quitarte horas de sueño pueden hacer que rindas peor el resto del día.
Mi solución. Entrenar por la tarde.
Comienzo a entrenar tras mi jornada de estudios y laboral, tras haber almorzado en condiciones (o incluso merendado).
¿Qué ventajas tiene esto? Básicamente que mi cuerpo rinde mejor porque tiene más energía, libero estrés y me sirve para desconectar del día a día. ¿Qué inconvenientes tiene? Si mis obligaciones se alargan un poco más de la cuenta apenas me queda tiempo para hacer deporte, cenar, ducharme y acostarme a unas horas más o menos normales, has de controlar un poco más qué vas comiendo a lo largo del día, para evitar digestiones pesadas, no te quitas de la obligación de entrenar hasta el final del día.
¿Qué prefiero yo? ¿Depende de la época del año? ¿Y del deporte en concreto?
Siempre he preferido, en términos generales el entrenar entre las siete de la tarde y las nueve y media de la noche, sea el deporte que sea, independientemente de la época del año en la que nos encontramos, ya que por mis horarios habituales es lo que siempre me ha resultado más cómodo, para evitar que el deporte terminase por condicionar mi forma de vida. Aún así hay algunas excepciones, ya que en invierno sí que prefiero salir a entrenar a mediodía, ya que el sol siempre ayuda a pasar menos frío y para rutear en verano (o incluso salir a correr), no hay nada como hacerlo a primera hora de la mañana.
¿Qué recomendaría yo?
Sinceramente, que haciendo las cosas con cabeza deberías guiarte por comodidad (por tu horario de estudios, familia o trabajo), por sensaciones (buscando las horas en las que estés más cómodo) y por objetivos (si entrenas para una prueba en concreto que va a tener lugar a una hora determinada del día, lo ideal es que lo hagas a esas horas o a otras parecidas para acostumbrarte a tener esas sensaciones). Siempre me ha parecido un poco tonto el tener que dejarnos guiar por lo que se indican en cuatro sitios como “lo mejor“, cuando al final hemos de buscar lo más adecuado para nuestros intereses personales.
¿Y tú? ¿Qué opinas? ¿Crees que es mejor correr o entrenar por la mañana o por la tarde? ¿Qué prefieres tú? ¿Tus sensaciones también varían por deportes? ¿Y por estaciones del año?
¡Un abrazo!
The following two tabs change content below.Ricardo Sánchez Baamonde
CEO at Diario de un Campista Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla. En mis ratos libres soy blogger, triatleta popular, redactor en Triatletas en Red y colaborador con el Club Triatlón Isbilya - Sloppy Joe's.Latest posts by Ricardo Sánchez Baamonde (see all)
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