alienaragorn
En la época que vivimos, da la impresión de que triunfar es ganar mucho dinero, tener un casa grande, una apartamento en la playa o un chalet en el campo, un gran coche, ropa de marca,..creo que esa sería la definición por excelencia de triunfar de mucha gente. Este triunfo estaría vinculado al capital, a la economía, al dinero. ¿Pero también sería un éxito personal?.Es la pregunta que me hago.
Para unos es muy importante decir lo bien que les va, explicar con todo detalle los extras de su coche o contar lo grande que es su piscina. Otros dedican a trabajar más de 12 horas al día (no en situaciones excepcionales donde la empresa necesita el apoyo de los empleados), lo hacen siempre, se consideran imprescindibles y lo consideran vital para poder mantener su ritmo de vida. Cada uno decide lo que hacer pero probablemente esto signifique dedicar menos tiempo a otras actividades personales. ¿Hay que elegir entre trabajo y vida personal? ¿Se pueden compaginar las dos cosas?
Para otros triunfar significa hacerse famoso a costa de lo que sea, donde se dejan de lado valores como el esfuerzo, el respeto y la honestidad y se busca la vía rápida de lo que se supone un éxito que en la mayoría de ocasiones resulta efímero. Aquí tenemos dos formas de valorar el éxito ( y de conseguirlo) de muy distintas maneras, todos conocemos muchas más.
Triunfar: tener éxito como persona o conseguir unos objetivos que se había planteado. Aunque en la definición no lo indica, da la sensación de que la palabra triunfo va asociada al dinero. Por lo menos en la sociedad en la que vivimos la mayoría de las veces siempre lo vinvulamos al dinero que gana la persona que triunfa. A todo lo que se puede conseguir con ese dinero, cosas materiales y en algunos casos hasta compra de voluntades. (Todos conocemos multitud de ejemplos). Lo ideal sería que este éxito viniera acompañado también de un gran logro personal, pero tenemos muchos ejemplos de grandes cantantes, actores, deportistas, personajes muy conocidos... en fin, multitud de profesionales donde el precio del éxito ha acabado siendo un gran fracaso de su vida personal.
Algunos educan a sus hijos para competir en cualquier deporte de tal manera que cuando no ganan se sienten frustrados y fracasados. Se dejan de lado cuestiones importantes en deportes de equipo donde la solidaridad y el esfuerzo por los compañeros, las relaciones y el interés por tus amigos fomentan una educación con competencia pero sin una rivalidad exacerbada.
Ganar y ganar, único valor para la competición no debería ser el único objetivo. Deberíamos de aprender a valorar el tiempo que estamos haciendo lo que nos gusta, con quien estamos bien, con quien nos apetece estar. Esta es otra forma de valorar el triunfo. El tiempo que empleas para estar con los que quieres. Decía el genial Miguel Ángel:"No hay daño tan grande como el tiempo perdido"
Hay gente que tiene otra manera de ver las cosas. Les basta una casa sencilla, un coche que le lleve y le traiga y se apaña con unos euros en los bolsillos. Le da la importancia al dinero que cree que se merece y prefiere primar otros valores como el tiempo con sus hijos o seres queridos. A esta clase de personas le da lo mismo una marca de ropa que otra (al final el coste del producto es muy parecido en un pantalón vaquero y la calidad es muy cuestionable). Los valores que tratan de inculcar son el esfuerzo por conseguir las cosas, el respeto por los demás y una formación académica que quizás ellos no pudieron conseguir. Priman la solidaridad y la justicia en su comunidad. Otra forma de plantear la vida. Hay muchas preguntas, muchas respuestas diferentes. Todos podríamos valorar qué es para nosotros triunfar y la mayoría de la gente podría responder lo mismo: ganar mucho dinero. ¿Qué es triunfar para tí?