Aunque usado en muchas situaciones por su gran carga de significado, resulta difícil definir con precisión qué es un golpe de Estado. Mateo nos lo ha preguntado a través del formulario de EOM explica.
Golpe de Estado, pronunciamiento, putsch, cuartelazo o levantamiento son algunos de los términos empleados para hablar de un cambio repentino y violento en el poder político. Un golpe de Estado consiste en tomar el poder de forma ilegal, y mediante la violencia o la coerción, para desplazar a la persona que ostenta el poder o cambiar el sistema político vigente. La práctica del golpe de Estado es independiente de la ideología, y los ha habido tanto de izquierdas como de derechas.
Los golpistas se proponen adueñarse de los altos cargos de la maquinaria estatal para poder controlarla. Hay quienes sostienen que el golpe de Estado implica siempre apartar de sus puestos al jefe del Gobierno o a su gabinete, que pueden ser relegados a un segundo plano o mantenidos oficialmente en el puesto pero despojados de poder efectivo. También pueden correr peor suerte y ser forzados al exilio, juzgados —a menudo de manera sumaria— y encarcelados, o ejecutados. Con todo, el golpe puede venir también de las más altas esferas del Estado: es lo que se conoce como “golpe palaciego”, por el cual personas muy cercanas al líder conspiran contra él para derribarle. Teodoro Obiang, dictador de Guinea Ecuatorial, llegó al poder en 1979 después de derrocar a su tío, el también dictador Macías Nguema.
Una de las condiciones fundamentales para el éxito de un golpe de Estado es contar con apoyo dentro de la administración pública. Sin el apoyo o, al menos, la connivencia de la burocracia, las fuerzas armadas o la policía es probable que un intento golpista fracase o no perdure mucho tiempo. El fallido golpe de Hitler en 1923, conocido como putsch de Múnich, es un buen ejemplo: fue detenido rápidamente al no contar con el apoyo sustancial de ninguna rama de la administración. Hay autores que consideran incluso que la participación de las fuerzas armadas es indispensable para tomar el poder. Los golpistas se servirían así de la capacidad militar o la amenaza de usarla para hacerse con el control. Un ejemplo en el que las fuerzas armadas jugaron un papel crucial es el reciente golpe contra Omar al Bashir en Sudán.
No obstante, no es necesario el uso de la violencia para llevar a cabo un golpe de Estado: cualquier procedimiento ilegal empleado para apartar a la autoridad vigente mediante la coerción sería un golpe de Estado. Esto implica que el golpe puede venir también de alguien que ya esté en un alto cargo y se sirva de formas inconstitucionales para aumentar su poder. Es el llamado “autogolpe”, como el que dio el presidente peruano Alberto Fujimori en 1992, cuando asumió plenos poderes, disolvió el parlamento y suspendió la Constitución.
Por otro lado, también se puede hablar de “golpes de Estado democráticos”. Esta aparente paradoja se refiere a aquellos casos en los que el golpe se da con la intención de transitar a un régimen democrático. Este sería el caso, por ejemplo, de la Revolución de los Claveles de 1974 en Portugal, en la que un golpe militar derrocó la dictadura de Salazar; también, según algunos, la caída de Hosni Mubarak en Egipto en 2011, en la que el Ejército apoyó a los manifestantes y forzó la salida del dictador, permitiendo la celebración de elecciones democráticas. No obstante, el mismo Ejército acabaría dando otro golpe de Estado dos años después, dando paso a otra dictadura militar liderada por el general Al Sisi.
Para ampliar: “El canto de cisne de los movimientos revolucionarios: la Revolución de los Claveles”, Marcos Ferreira en El Orden Mundial, 2015
¿Qué es un golpe de Estado? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.