Una ecografía es una prueba que, utilizando ondas sonoras, crea la imagen del bebé, de la placenta, del útero y de los órganos pélvicos. Esta prueba ayuda a nuestro ginecólogo a
obtener información sobre el estado tanto del bebé como del embarazo. Es una técnica sencilla, inocua e indolora. No implica una radiación ni exposición, por lo que es una práctica segura tanto para la embarazada como para el bebé. No se han demostrado efectos adversos ni para el bebé ni para la madre, aunque se recomienda no abusar de su uso y realizar solamente las que el médico considere necesarias.Durante la prueba, el aparato para ecografía (ecógrafo) bombardea ondas sonoras de alta frecuencia (ultrasonido) a través del útero, que rebotan contra el bebé. Estas ondas se descodifican en imágenes de video a través de un ordenador, pudiendo así conocer la forma, posición y movimientos del feto. Las ecografías convencionales se hacen en 2D (bidimensional) pero también existen en 3D y 4D.
Una ecografía en 3D es una imagen del feto fija y con volumen, es decir, en 3 dimensiones (3D). Una ecografía en 4D es una ecografía 3D con movimiento, es decir, un vídeo. La ecografía en 4D puede realizarse en cualquier momento del embarazo aunque las mejores imágenes se obtienen entre las semanas 24 y 30 pues las condiciones son las más adecuadas. La proporción de líquido amniótico y el tamaño intermedio del bebé permiten visualizarlo mejor.
La principal diferencia con las ecografías convencionales (2D) es la tecnología utilizada.
También existen las ecografías con técnica doppler, no son rutinarias, únicamente se usan para para medir y evaluar el flujo de sangre que circula a través de las arterias y de las cavidades y válvulas del corazón del bebé.
Se puede ver el flujo de sangre en color, permitiendo detectar de forma precoz cualquier anomalía relacionada con el caudal circulatorio y el funcionamiento del corazón.
También permite evaluar si la circulación sanguínea del cordón umbilical es la adecuada.
Está indicada para controlar los embarazos en los que la madre presenta hipertensión, diabetes, problemas en la placenta o el cordón umbilical, retardo en el crecimiento, sufrimiento fetal, o malformaciones cardíacas del bebé.
La mayoría de las mujeres se deben hacer al menos una ecografía por trimestre para confirmar que todo marcha correctamente.
¿Qué información se puede obtener con una ecografía?
La ecografía en el embarazo es utilizada principalmente para estudiar el crecimiento y bienestar del bebé dentro del útero. Permite, entre otras cosas, detectar malformaciones, evaluar el desarrollo anatómico del feto, su crecimiento, su posición, calcular su edad gestacional, oír sus latidos, observar el estado de la placenta, del líquido amniótico, estimar el peso del bebé y detectar anomalías o patologías del embarazo.
De: “embarazo y parto” y “bebés y más”