(Inglés: lodge, francés: loge; italiano: loggia; portugués: loja). Recinto donde se reúnen ritualmente los Franc-Masones. Los Masones Operativos de la Edad Media, cuando era empleados en la construcción de un edificio, acostumbraban a levantar primeramente una choza o refugio temporario para su propio uso cercano al lugar de emplazamiento de la obra (recordar el actual “obrador” de los albañiles). Ese cobertizo cercano
al lugar de trabajo era la “logia” donde se “alojaban” los constructores y guardaban sus herramientas. En los manuscritos Fabric Rolls of York Minster aparece una directiva para masones y obreros datada en 1352 que dice así: “En el verano deben comenzar a trabajar inmediatamente después de la salida del sol hasta que suene la campana de la Virgen María; entonces irán al desayuno en la logia fábrica (logium frabricae), entonces uno de los maestros golpeará a la puerta de la logia y entonces todos retornarán al trabajo hasta el mediodía. Entre Abril y Agosto, luego de cenar, ellos dormirán en la logia; entonces trabajarán hasta la primera campanada de las vísperas; entonces se sentarán a beber hasta el final de la tercera campanada y retornarán al trabajo hasta tanto puedan ver con luz de día.” Se encuentran referencias similares a la Logia como taller o alojamiento de los masones que se encuentran trabajando en diversas fuentes, p.ej. el 4º Artículo del “Regius” Ms. prohíbe tomar a un siervo como Aprendiz por temor a que su señor lo prenda aún fuera de la “Logia” (Sic). A partir de este uso antiguo y gremial, esta palabra fue cobrando significados conexos y así, además del lugar físico de reunión, se utiliza para designar a un grupo estable de Masones que se reúne periódicamente. El Rev. George Oliver, en el Freemasons’ Quarterly Review, 1844, hace una interesante descripción de una Logia inglesa a principios del siglo XIX: “El equipamiento y los arreglos de la habitación de una Logia Masónica eran entonces muy diferentes de nuestra práctica presente. Una larga mesa era extendida desde un extremo al otro de la habitación, cubierta por un paño verde, sobre la cual se colocaban duplicados de los ornamentos, utensilios y joyas intercalados con vasos masónicos para el descanso. El uno de los extremos de la mesa estaba colocado el pedestal del Maestro y en el otro el del 1º Vigilante, mientras que hacia la mitad de la mesa, en el sur, estaba colocado el 2º Vigilante y los Hermanos se sentaban alrededor como en una mesa redonda común. Cuando había una iniciación, al candidato se lo hacía desfilar por afuera de la misma; y , en tales ocasiones, luego de haber sido colocado en el ángulo nor-este de la Logia, se consideraba que una muy corta explicación del diseño de la Franc-Masonería o una breve porción de lecturas era suficiente antes que la Logia fuera llamada del trabajo al descanso. La canción, el brindis y los sentimientos circulaban alegremente y no era hasta que los Hermanos estuviesen tolerablemente saciados que la Logia era reasumida y los trabajos de rutina despachados antes de cerrar”. En cierta época, particularmente en el siglo XVIII, se denominaba “Logia o Tablero de Logia” al “Tablero de Trazados” (Tracing Board). Robert Preston en su libro Illustrations of Masonry, 1788, pág. 97, al describir la consagración de una nueva Logia, escribía lo siguiente: “El Gran Maestre, seguido por sus Oficiales y algunos dignos clérigos, formaban en orden alrededor de la logia la cual está colocada en el centro, cubierta con satén blanco”. Al describir la ceremonia de Dedicación de Salas Masónicas, este autor escribía: “Entonces la logia es colocada en el centro de un almohadón de terciopelo carmesí” (ibídem, pág. 119). En el Book of Constitutions, 1784, pág. 318, al describir la ceremonia de Dedicación del Freemasons’ Hall de Londres ocurrida el 23 de Mayo de 1776, relata que en la procesión había “cuatro Tejadores portando la Logia cubierta con satén blanco”. En estos últimos casos, por “Logia” se entendía una representación gráfica, dibujada y/o pintada, sobre un tablero que contenía todos los símbolos figurativos de los elementos que componen una Logia material. Resulta obvia la practicidad de los aludidos tableros, sobre todo para las innumerables Logias que no disponían de un local propio y debían reunirse en tabernas y hostales.
Jorge F.Ferro