Revista Salud y Bienestar

¿Qué es una mastoidectomía?

Por Emilienko
¿Qué es una mastoidectomía?
Tócate detrás de la oreja. En serio, hazlo. Suelta el ratón. Tócate detrás de la oreja.
Si me has hecho caso, te habrás dado cuenta de que ahí detrás, debajo de la piel, hay un hueso duro. "El cráneo" dirán algunos; "el hueso temporal" dirán los que en el colegio eran más estudiosos.
Los huesos que forman el cráneo son relativamente finos; no llegan al centímetro de grosor. Pero precisamente donde te has tocado, el cráneo se vuelve grueso: si quisieras entrar en el cráneo por la zona de detrás de la oreja te encontrarías centímetros de profundidad de hueso más o menos compacto antes de que pudieras llegar al cerebro.
Estas regiones de la anatomía humana se llaman "mastoides" y "peñasco del temporal", nombres que siempre me han parecido bastos y groseros teniendo en cuenta lo delicado de las estructuras que yacen dentro de ellas.
-¿A qué te vas a Madrid tantos días, hijo? -me preguntó mi madre.
-A hacer un curso de fresado de hueso temporal -respondí.
-¿Y eso qué es?
Con cuidado, le contesté a mi madre que en esos cursos te dan la mitad (izquierda o derecha) de la cabeza de un muerto para que aprendas a operar sobre ella. La técnica es compleja y os explicaré por qué.
Imaginad que el peñasco del temporal es una manzana y que dentro de esa manzana hay un gusano. El gusano ha ido cavando un túnel curvo y sinuoso en ella, que cambia de dirección en varias ocasiones. Ese gusano representa el nervio facial, que atraviesa el hueso temporal en un complejo y caprichoso recorrido.
La cirugía del hueso temporal consiste en coger una fresadora e ir puliendo el hueso (la manzana) pensando siempre en dónde está el nervio facial, (el gusano), para no fresarlo por error y causarle al paciente una parálisis facial de difícil arreglo. Es lo que popularmente se conoce como "trepanaciones de oído" y lo que los médicos llaman "mastoidectomía".
Hay que fresar con cuidado porque el hueso es duro y el nervio, blando. Además se debe tener en cuenta que, si uno por error se sale de los límites permitidos en la operación, puede de repente encontrarse fresando el cerebro, la yugular, el laberinto o cualquier estructura con la que no desearía encontrarse. A pesar de lo delicado de la zona, las complicaciones no suelen ser frecuentes.
-Y por eso es necesario practicar en un cadáver antes de hacerlo en un vivo.
-Hijo mío, ¿y estás seguro de que a ti te gusta eso?
Foto: Imaginando un gusano con forma de nervio facial derecho en la manzana del postre.

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