Hace unos días nos llegó un testimonio bastante curioso sobre los subterráneos de la Catedral de Toledo, que no nos podemos resistir a publicar.
"Sucedió hace ahora justo 30 años, cuando hacía el servicio militar en la Academia de Infantería de Toledo. Yo vivía en Valencia por aquel entonces (1984).
Visitaba mucho la Catedral porque adoro el estilo gótico. Me di cuenta que, justo debajo del altar donde el sacerdote oficia la misa, hay un subsuelo, poco profundo pero cabe la altura de una persona con creces, con rejas de hierro en la entrada.
La gente pasaba por allí y no prestaban atención, porque a través de las rejas que cerraban la entrada a ese subsuelo, se veían sillas de madera plegables, de esas baratas de feria de pueblo, amontonadas de manera caótica, ni siquiera apiladas una encima de otra en orden, pero..., quitando toda la visibilidad de lo que pudiera haber en el interior.
Eso me mosqueaba porque contrastaba mucho con un sitio de tanta opulencia, a la vista del público, en un sitio tan especial...Total, que paseaba por allí todos los días, con la esperanza de poder ver algo, y un día, vi que estaban las rejas abiertas, y un grupo de 3 o 4 chicos de mi edad en la entrada.
Empece a hablar con ellos y me dijeron que eran seminaristas de visita en Toledo, y que el sacerdote les estaba enseñando la Catedral. Le estaban esperando para que diera la luz... ¡¡desde la otra parte de la Catedral!! Eso ya me hizo estar mas en alerta, porque, esta bien que pongan el interruptor de la luz algo escondido, fuera del alcance de la gente pero... en la parte opuesta de la Catedral??
Tuve la suerte de vestir de militar (En aquella época nos obligaban a ello, si queríamos salir de visita a Toledo, de "bonito", como decíamos, no el uniforme de faena), y como conozco lo bien que se llevan el ejército y la iglesia, comencé a charlar con ellos, "Que suerte tenéis de visitar sitios en los que pobres mortales como yo no pueden, sois unos privilegiados" etc etc.
Se encendió la luz del interior, pero seguía sin ver nada, por las sillas interpuestas.Cuando vino el sacerdote, estos seminaristas, a los que por lo visto les caí bien o les di pena, hablaron con el y conseguí entrar con ellos.
Intentaba disimular mi interés, pero el corazón se me salia de la emoción. Al entrar vi, a mano izquierda, unas inscripciones medievales enormes, pintadas todavía con el rojo y negro de sus letras y todo, y un dibujo de un caballero montando a caballo. Solo por esas inscripciones y grabados medievales, ajados por el tiempo pero bien conservados, debería ser un lugar de visita obligado para el público.
Pero cuando me giré..., me quede helado. Había un altar de piedra con un aspecto antiquísimo, y encima de él, un sarcófago de cristal inmaculadamente limpio, y dentro un esqueleto perfectamente conservado, con las manos cruzadas encima del pecho, y en la cabeza una melena de pelo muy claro. Se que suena rarísimo que un esqueleto conserve esa melena, pero es lo que vi, y estaba justo delante, a no mas de un metro.
Al lado del sarcófago, un libro enorme, cubierto de polvo de ni se sabe los años, parecía un misal romano por el aspecto. Lo que me llamaba mucho la atención era que todo estaba cubierto de polvo y sin cuidar, excepto el sarcófago de cristal, ¡¡es que no tenia ni una mota de polvo!!
En ese momento pasó un sacerdote, desde allí abajo solo se le veía hasta el torso, pero iba vestido para oficiar misa, con el cáliz en la mano y esa tela alargada que lo cubre. Se quedo quieto y retrocedió, agachándose para vernos. El otro sacerdote le explicó la visita y los seminaristas le preguntaron a quien pertenecía ese esqueleto. Él dijo que a Santa Úrsula. Ellos le preguntaron si era realmente Santa Úrsula, la de las once mil virgenes, y el afirmó con la cabeza.
Fue otro dato chocante para mi... Sé que hay muchas Santas pero ésta, sobre la cual se ha fundado incluso la orden de las ursulinas... (creo que tienen presencia en Toledo). No sé, ¡creo que incluso seria un lugar de peregrinación y todo! O eso, o no era realmente Santa Úrsula, y fué una mentira para encubrir de quien era ese esqueleto.
No pude encontrar ni una sola referencia, en ningún sitio, de que la Catedral tuviera ni siquiera un hueso de esta Santa.Lo que si creo es que el esqueleto, por su estructura y tamaño, era de una mujer. Yo estaba como en estado de shock, porque esto superaba con creces lo que esperaba encontrar allí dentro. No me lo esperaba ni de lejos.
A continuación fuimos a la capilla del condestable Álvaro de Luna. El suelo parece de piedra desde fuera, pero al bajar por una escalinata detrás de los sepulcros, se baja a una catacumba y se puede ver que el techo es de vidrio y deja pasar la luz perfectamente. Hay tumbas en las paredes, y en un descuido del sacerdote, eché un vistazo a un baúl de madera al final del todo, lo abrí pero estaba vacío. No había nada raro allí, solamente tumbas incrustadas en la pared.
Comenté este suceso con el Pater de la Academia de Infanteria. Se le cambió la cara, y ¡se fue dejándome con la palabra en la boca! Según bajaba las escaleras (¡porque es que realmente estaba huyendo de mi!) le iba terminando de explicar lo que vi, pero seguía bajándolas rápido para no seguir escuchándome.
Y eso que era siempre muy receptivo y dedicaba su tiempo a nosotros, siempre sonriendo, era muy amable. Le llamábamos "el chino" porque al sonreir se le ponían los ojos rasgados tipo asiático. Incluso un día, antes de este suceso, me lo encontré en la catedral, y comentando con él acerca de los orígenes de la construcción, me dijo que las dimensiones de la catedral eran exactamente las del Arca de Noé, que se podia contrastar con la Biblia. Por eso fué tan raro para mi su reacción.
Unos 13 años después volví a visitar Toledo y no vi ni rastro de las sillas. El subsuelo era ahora diáfano, se veía a través, sin percibirse nada especial dentro. Pero lo que está claro es que ese altar tan antiquísimo, y las valiosas inscripciones góticas de la pared opuesta, deben seguir tal cual. Una pena que se deniegue la visita al público, porque es un tesoro más de Toledo.
Solo me queda por decirte que todo esto es absolutamente real, que no he exagerado ni un ápice, ni soy un exaltado o alguien que se inventa cosas. Lo comento porque es bastante surrealista lo que me pasó, pero juro y doy mi palabra de que todo es cierto."
Y con estas líneas finalizamos la descripción que un amable lector de esta Web nos ha hecho llegar.
Fuente: http://www.leyendasdetoledo.com/index.php/articulos/oculto-y-misterioso/6200-que-esconden-los-subterraneos-de-la-catedral-de-toledo.html
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