Podemos tiene una oportunidad de oro para demostrar que no es casta y que es un partido diferente a los corruptos que han dominado España en las últimas décadas. Para conseguirlo sólo tienen que expulsar del partido a Juan Carlos Monedero, número tres del partido, como piden a gritos muchos militantes de ese partido.
El golpe de efecto sería muy potente y el gesto ganaría muchos votos y disiparía muchos miedos y recelos. Para Podemos, la expulsión del número tres del partido es toda una reválida porque media España observa que harán con alguien que ha sido pillado defraudando a Hacienda y jugando sucio, como han hecho y hacen muchos miembros de la esa "casta" que ellos tanto critican.
La declaración complementaria a Hacienda del número 3 de Podemos ha provocado intensos debates en muchos círculos y asambleas del partido, donde muchos militantes se han manifestado a favor de la expulsión del dirigente.
Pero donde mas intenso y apasionado ha sido el debate sobre la declaración que el número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, presentó para regularizar sus impuestos, es en la «Plaza Podemos», plataforma virtual que la nueva formación utiliza como lugar oficial de encuentro y debate, con críticas al comportamiento fiscal del dirigente y con peticiones de dimisión e incluso de expulsión del partido.
La mayoría de los críticos con la actuación de Monedero han resaltado que, aunque la declaración complementaria haya evitado que su fraude a Hacienda sea considerado delito, no por eso tiene menos alcance moral, reflejando un claro déficit ético en un dirigente que debe ser ejemplar en su comportamiento.
Con la expulsión, Podemos lograría dos objetivos a la vez: el primero demostrar que es un partido distinto a los que tanto critica y combate; el segundo demostrar que las bases tienen peso y que la horizontalidad y la democracia interna, tan aireadas y exhibidas, son verdad.
Podemos sigue creciendo en intención de voto. En la encuesta que publica hoy el País, Podemos es la primera fuerza de España en intención de voto y en la que publicó recientemente el Centro de Investigaciones Sociológica (CIS) ya figura como segunda fuerza política de España, por delante del PSOE y muy cerca del PP.
Ante ese crecimiento fulgurante, que últimamente parece frenado, los dos grandes partidos españoles se sienten amenazados y están utilizando todo su potente aparato de propaganda para desprestigiar a Podemos y demostrar a los ciudadanos que sus dirigentes son tan corruptos como los demás.
Por eso, la expulsión de Monedero representaría un enorme golpe de efecto que demostraría un comportamiento diferente y que dejaría fuera de juego la estrategia de demolición y crítica feroz lanzada por los partidos hegemónicos, preocupados y hasta asustados ante el avance del partido de Pablo Iglesias.
Revista Opinión
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