Revista Educación

¿Qué fue de ella?

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Lo que aquí relato es cierto y, aunque su principio es terrible, el final parece haber sido feliz y este viernes me apetece terminar así, con una sonrisa en los labios y en el pensamiento. Fue hace muchos años, tantos que aún vivía bajo las alas de mis padres. En el barrio comenzaron los cuchicheos sobre una vecina de la calle. Un morado extraño por aquí, unas lágrimas en plena calle por allá, un grito en el hueco de la escalera… Nunca lo hablé con ella con las palabras claras y concisas, pero el maltrato me quedó claro cuando me rogó, en voz baja, que, a escondidas del marido, la ayudara a elaborar un currículo. En mi cuarto infantil, con el apoyo callado de mis peluches y los carteles de mis cantantes favoritos de adolescente, la máquina de escribir fue el único testigo de nuestra misión secreta. Me contó cuáles eran sus estudios, qué pocos trabajos realizó antes de casarse, a qué podía aspirar, qué válvula de escape buscaba. No habló de encierro, ni de tristeza, ni de golpes, ni de decepciones, sólo de futuro. Luego, unas semanas después, me encontré con que se había mudado con una rapidez casi imposible y no supe nada más de ella. Me pregunté muchas veces qué habría sido de la mujer y si aquel currículo había tenido resultado. Casi dos décadas después la vi de lejos, puesto el uniforme, dispuesta a entrar en su puesto de trabajo. No hablé con ella, me dio vergüenza abordarla y reparo que no me reconociera y, al dar más explicaciones, recordara tiempos malos. Reconozco que me quedé mirándola de lejos, con una sonrisa, sorprendida de cómo en aquel rostro había más arrugas pero, también, una calma desconocida. Parece haberlo conseguido. Y puede que algún día yo me atreva a preguntarle qué fue de ella en estos años, si es feliz, si le costó mucho reivindicar su libertad, si encontró pronto la paz.

Una máquina de escribir parecida fue testigo de nuestra misión secreta.

Una máquina de escribir parecida fue testigo de nuestra misión secreta. Imagen tomada de http://maquinasescribir.blogspot.com.es

 

 


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