Pineda forma parte de esa clase de futbolistas que levantaron una gran expectación en sus comienzos y que con el paso del tiempo fueron diluyéndose hasta apagarse definitivamente en categorías menores. En su momento, la calidad de este joven futbolista cordobés deslumbró al mismísimo Maradona, quien cariñosamente le apodó con el diminituvo de "Pinedita".
Francisco Javier Carpio Pineda nació el 3 de noviembre de 1971 en Córdoba. Se formó en las categorías inferiores del Séneca CF, donde comenzó a brillar en la categoría de alevines, proclamándose campeón de Andalucía.
Ya en edad juvenil, el Sevilla se adelantó al resto de equipos que habían mostrado interés y consiguió seducirle para que ingresara en la cantera sevillista. Así, Pineda, que ya había debutado con la selección sub16, puso rumbo hacia la capital andaluza en 1989.
Con Pineda como principal figura, el Sevilla sub19 conquistó el campeonato nacional de liga en la campaña 1990/1991. El fino centrocampista, creativo a la par que ofensivo, interpretaba el fútbol como lo hacen los genios, recreándose y aportando fantasía. Habilidoso en el regate como pocos y con una visión de juego espectacular, también poseía una zurda privilegiada que le permitía poner el balón donde quería
Por el contrario, su mayor déficit residía en su frágil físico. También, como suele ser habitual en esta clase de futbolistas, el sacrificio sobre el terreno de juego no era uno de sus mayores fuertes y mostraba bastante irregularidad en su juego.
El caché de Pineda comenzó a subir como la espuma tras esa gran temporada. Los aficionados sevillistas que acostumbraban a verle jugar en la ciudad deportiva ya le comparaban con Enrique Montero, todo un ídolo en Nervión. El joven centrocampista, que ya había debutado con el filial, era considerado como una de las mejores promesas de la cantera sevillista.
Sin embargo, la llegada de Víctor Espárrago al Sevilla en la temporada 1991/1992, hizo que Pineda no disfrutara de un solo minuto con el primer equipo, pues el técnico uruguayo no se caracterizó precisamente por contar con futbolistas de la cantera en su etapa como nervionense.
Pese a que todo el mundo daba ya por hecho que Pineda acabaría ascendiendo al primer equipo más pronto que tarde, permaneció toda la temporada jugando en el Sevilla B, que había descendido a tercera división ese mismo año y que acabó recuperando la categoría al finalizar la campaña como campeón.
En esta foto publicada en ABC de la celebración del ascenso Sevilla B, podemos observar a unos jovencísimos Pineda y Tevenet en la fila de abajo (click para ampliar):
La campaña 1991/1992 sería inolvidable para Pineda. A la llegada de uno de los técnicos de mayor prestigio del fútbol mundial () se le acabó sumando la del mejor futbolista del mundo, Diego Armando Maradona.
Aunque en un principio, Pineda no entró en la primera convocatoria para hacer la pretemporada con el primer equipo, Bilardo quiso probar a varios jugadores del filial y éste acabó uniéndose una semana después.
El joven Pineda debutaría muy pronto en partido oficial. En la segunda jornada, el prometedor centrocampista salió desde el banquillo en un encuentro de liga en el que el Sevilla acabaría perdiendo por 1-3 ante un Deportivo de La Coruña que estaba transformándose ya en Súper Dépor.
Algunas semanas después y con motivo del fichaje de Maradona, el Sevilla disputó un par de amistosos en Argentina ante el Boca Juniors y Pineda dejó muestras de su calidad en ambos partidos; en el primero de ellos con una jugada magistral que finalizó con asistencia a Davor Suker, y en el segundo, hizo un gol con una tranquilidad pasmosa. Pineda sorprendió gratamente en la tierra del mejor futbolista del mundo e incluso consiguió robarle cierto protagonismo circunstancialmente al mismísimo Maradona. Ambos partidos los ganó el Sevilla (1-3 y 2-3).
Aquí podemos ver su excepcional jugada con asistencia final a Suker en el primero de los amistosos (min 1:12):
En este otro vídeo podemos ver el gol que marcó en el segundo amistoso frente a Boca Juniors:
El mismo Maradona, al poco tiempo de su llegada, quedó asombrado con la calidad que atesoraba el joven futbolista sevillista, llegando a realizar unas declaraciones a la prensa en las que ensalzó sus virtudes y le auguró un gran futuro, dejando entrever que él sería su sucesor. Esto le situó en el candelero del fútbol español, convirtiéndose en el "futbolista de moda" del momento.
Con el paso del tiempo, se podría pensar sin temor a equivocarse, que las manifestaciones del futbolista más mediático del mundo no ayudaron en nada a "Pinedita", el diminutivo cariñoso con el que le bautizó el astro argentino.
La temporada no le fue del todo mal a Pineda. Pasó de jugar con el filial a hacerlo al lado de futbolistas de la talla de , , , , , Davor Suker, Simeone y por supuesto, el propio Maradona. El joven futbolista logró hacerse un hueco en el primer equipo y participó en 26 partidos, aunque en solo uno de ellos lo hiciera como titular.
Bilardo le utilizó principalmente como jugador revulsivo, para desatascar los partidos, y en más de una ocasión sustituyó a Maradona, pues ambos ocupaban la misma demarcación. También disputó un par de partidos con la selección sub21, lo que engrandeció aún más su figura a nivel nacional.
En la campaña 1993/1994, Luis Aragonés se hizo cargo del Sevilla. Sin la tutela de Maradona, ésta debía ser su temporada de la consagración y aunque en un principio, pareció que entraría en los planes del " Sabio de Hortaleza", con el paso de las jornadas su participación fue disminuyendo progresivamente y finalmente solo acabaría disfrutando de 346 minutos en el campeonato, repartidos en 14 partidos (solo uno como titular, frente al Real Madrid).
La calidad de Pineda era algo innegable, pero eso no bastaba. De momento, d istaba mucho de ser el futbolista con clase que decidiera un partido. Luis Aragonés preferió el oficio de Marcos, Simeone y Bango, que le ganaron la partida de largo. Pronto, la prensa comenzó a olerse lo que sucedería, vaticinando que Pineda no pasaría de ser "Pinedita".
En la siguiente campaña, más de lo mismo. La salida de Simeone y el escaso protagonismo de Bango no variaron la situación Pineda. Marcos y Moacir siempre estuvieron por delante en las preferencias del entrenador madrileño, y en el mercado de fichajes invernal, se apostó por fichar a Dumitrescu antes que concederle más oportunidades al futbolista cordobés.
Pineda tan solo disfrutó de 352 minutos en liga (6 partidos, la mitad de ellos como titular), consiguiendo su primer gol en la máxima categoría frente al Sporting de Gijón.
Pineda cumplía su cuarta campaña como sevillista al comienzo de la atormentada temporada 1995/1996. A pesar de la mala situación del Sevilla y del paso por el banquillo de hasta tres entrenadores durante el transcurso de la campaña, Pineda solo disfrutó de 402 minutos en el campeonato, repartidos en 12 encuentros (3 de ellos como titular).
Pineda ya no era la joven promesa que deslumbró a Maradona, definitivamente se había estancado y el club ya se había cansado de esperar una explosión que nunca se produjo. Tiempo atrás se había hablado mucho de lo que podía llegar a ser, pero lo cierto es que ni siquiera estuvo cerca de convertirse en una realidad. El Sevilla decidió dejar de contar con él y le buscó una salida antes de que comenzara la temporada 1996/1997, siendo el Extremadura su destino.
Pineda llegó al Extremadura en la campaña 1996/1997. El conjunto extremeño, un recién ascendido, parecía el equipo ideal para que el exsevillista relanzara su carrera. El futbolista cordobés, más allá de su irregularidad, disfrutó de bastantes minutos e incluso se hizo con la titularidad de forma indiscutible durante la segunda vuelta, dejando algunas muestras de su enorme calidad y marcando cuatro tantos. Sin embargo, el Extremadura acabó descendiendo, al igual que el Sevilla, y ahí comenzó el peregrinar de Pineda, que no volvería a jugar nunca más en primera división. Éste había sido su último tren para triunfar en la élite.
Pineda dejó algunas pinceladas de fantasía como ésta durante aquella temporada:
Tras el descenso, Pineda se marchó a un Rayo Vallecano que no atravesaba su mejor momento. Allí permaneció durante dos campañas, teniendo cierta continuidad y siendo uno de los artífices del ascenso en su segunda temporada, con Juande Ramos en el banquillo rayista. Después se marcharía al Getafe, donde tras cuajar una aceptable primera campaña, apenas tuvo oportunidades en su segunda temporada, que terminó con el conjunto madrileño en segunda B.
Con apenas 30 años y tras vivir otro nuevo descenso, poco quedaba ya de aquel prometedor futbolista al que todos los medios querían entrevistar. Pineda comenzaría entonces un pregrinaje de lo más variopinto que le llevó a jugar en el Montilla, en tercera, Chaves, de la segunda división portuguesa, Orihuela, en segunda B, donde vivió otro descenso, y por último, en el Carolinense, en tercera, donde colgó las botas con 35 años.
Tras su retirada, se instaló definitivamente en Córdoba y comenzó una nueva etapa como entrenador. Desde entonces ha intentado abrirse camino en los banquillos, dirigiendo a un par de equipos de la provincia en categorías modestas, ejerciendo como segundo entrenador en el Lucena y posteriormente entrenando a los juveniles del Córdoba. Actualmente tiene 44 años y tras haber estado los dos últimos años vinculado al fútbol base del Séneca CF, continúa esperando una nueva oportunidad en los banquillos que le permita seguir creciendo como técnico.
A pesar de todo, Pineda guarda muy buen recuerdo del Sevilla, donde permaneció durante casi 10 años. La prensa se acuerda de él de vez en cuando y Pineda siempre les atiende amablemente a pesar de que siempre le hagan las mismas preguntas relacionadas con Maradona...
En esta curiosa entrevista, Tevenet cuenta algunas anécdotas muy jugosas de cuando compartió vestuario con Pineda.