Revista Educación
Todo comenzó cuando Rajoy decidió hablarle a sus acólitos a puerta cerrada, no fuera que entraran los periodistas y le preguntaran cosas. Sí, hombre, como si estuviéramos en un país democrático. La cosa se fue caldeando, que sí, que no, que esto es una vergüenza, que #YocreoenRajoy, que se manden todos a mudar, que si lo dice Rajoy es palabra de dios,… Bueno, ahí todavía yo estaba estabilizado, dejaba caer uno que otro tuit, pero sin despeinarme demasiado. Hasta que llegó la apoteosis. No lo cuento. Lo pongo: Y se desató mi ira, sentí como unas fuertes arcadas recorrían mi cuerpo, no podía dar crédito a lo que estaba leyendo. ¿Comparando a las víctimas de un atentado terrorista con el caso Bárcenas? ¡Pero nos hemos vuelto todos locos o qué!Con los dedos incendiados intenté responderle a este tipo (lo de señor lo obvio) pero me fue imposible. Me ha bloqueado en Twitter. En mi soledad, pensé que era el único, pero de debajo de las piedras comenzaron también a salir damnificados por los bloqueos de Llanos, y se formó la corredera. Se prendió candela. Perplejos, asistíamos al argumentado más rastrero, ruin, humillante y despreciable hasta ahora escuchado. Aquí les dejo algunas de las reacciones: Muchos de mis buenos amigos me han aconsejado: no te encochines Pablito, que esto sólo le da más notoriedad a este soplagaitas. Y creo que tienen toda la razón, pero no he podido evitarlo. Además porque creo que esta afirmación denigrante forma parte de la acción conjunta que han tomado parte de los populares para no dar la cara ante el problema y solucionar el chiquero que tienen dentro.Ya lo hacía Franco, veía conspiraciones judeo-masónicas por todos sitios. Ahora ellos las ven, pero en el 11M. Bueno, allí también mintieron, eso en norma de la casa.Por si les cabe alguna duda: sí, si algún desalmado del PSOE, IU, UPyD, CC, CIU, o cualquier otro partido, hubiera hecho una barrabasada semejante, me hubiera cagado en sus muelas igual. Esa es la libertad de ser un periodista con conciencia política, ideario político, pero sin afiliación a ninguna secta. Porque los partidos políticos ya no son sitios de debate y confrontación de ideas. Son sectas.¡Ah! Y usted, Ángel Llanos… mándese a mudar donde la ciudadanía de bien no lo pueda ni ver.