Revista Cultura y Ocio
(More like veamos si nombrándolo diferente tenemos más suerte este año).
Hello everyone, ¿cómo empezaron este año? Yo muy bien. Leyendo, por suerte. Estoy escribiendo esto la madrugada del 3 de enero, y hasta este momento llevo leídos un libro y medio (Por Trece Razones, que pronto tendrá reseña, y Qué Nos Hace Humanos, que me está gustando mucho), así que me la pasé leyendo. Lo cual me distrajo de muchas cosas de las que quería distraerme... como esta entrada. Pero el tiempo corre y si no escribo esto ahora, lo voy a hacer recién en mayo o noviembre (?)
El 2016 fue un año horrible. Para muchos de nosotros fue uno de los peores (o el peor, a secas) años de nuestra vida. Para mí en particular fue un año muy estresante en cuanto a la facultad, bastante neutro a nivel profesional, y muy malo en lo personal.
El 2015 ya había sido un año muy estresante en lo facultativo; materias que me costaron un pepino (Metodología de la Investigación... lo mínimo que te deseo es que te cierren todas las cátedras y desaparezcas) y otras que no me costaron, pero no tenía una relación demasiado copada con los profesores como en primer año. Así que no disfruté demasiado. Pero este año me puse al hombro una materia en particular; híper pesada, con un grupo en el que éramos cinco y trabajaba yo sola (porque mi amiga estaba más pendiente de nuestros trabajos en las otras materias, que no eran anuales) y unas profesoras que no les importaba nada: si uno trabaja bien, y sino no importa, al final del año le ponemos la misma nota que las únicas dos que mueven el upite (sí, pasó. Sí, sigo enojada).
Además, empecé el idioma que quería empezar hace unos tres o cuatro años (여러분, 안녕하세요! 새해 복 많이 받으세요) pero que no me animaba por cuestiones que tendría que tratar con un psicólogo (?). No me cuesta para nada y lo disfruto muchísimo (muchísimo), desde las clases hasta cuando estudio para los exámenes, pero ocupó mucho de mi tiempo este año, lo que complicó las cosas con respecto a mis horarios. Tenía que dedicarle ciertas horas por semanas a estudiar y, por supuesto, esas horas se sacaban de otras actividades. Valió la pena totalmente (no sólo la experiencia, sino también mis notas: 100 en el parcial y 97 en el final... y me hacen tan feliz que las presumo donde sea, hasta escribiendo en la puerta de un baño público (?)), pero ocupó mucho de mi tiempo que supuestamente era libre.
En cuanto a lo profesional... conseguí trabajo de algo relacionado a libros, que es lo que realmente me gusta. Por algo que dentro de un poquito les cuento me costó disfrutarlo, y aún me cuesta. Me trabo muchas veces, y en otras, cuando estoy triste, me pongo a pensar si realmente quiero hacer esto y si realmente vale la pena... y, obviamente, cuando todo vuelve a la normalidad (o el futuro no parece tan oscuro), me digo que sí, que vale la pena, que si estoy acá parada es por algo. I'm still working on it. De a poquito voy pudiendo.
Con respecto a lo personal... mmm. Qué difícil. Hoy me puse a pensar en qué poner acá para que no suene a diario íntimo (porque ahí pongo cosas que acá no voy a contar, así que tenía que pensar qué escribir y qué no, y cómo hacerlo) ni para aburrirlos a ustedes, tampoco. Pero como el blog forma parte de mí, como con cada reseña dejo un pedacito de mí en la gran nube de internet (Voldemort hoy en día se haría un festín), me parecía importante poner algo acá. Y también porque me puse a llorar en la ducha cual escena de película hollywoodense, digamos todo (?).
A principios de noviembre falleció mi abuela. Mi abuela, que me pedía que le compre $60 de caramelos Butter Toffee y que a los dos días ya no tenía más. Mi abuela, que tenía una caja de madera donde nos hacía poner el mal humor a todos sus nietos cuando llegábamos a su casa con cara de culo. Mi abuela, que me dejaba hablar todo lo que quería sobre mis clases de coreano, poniéndose feliz por la nota de mi parcial (no llegó a ver la del final) y que me hacía preguntas interesantes sobre las estructuras del idioma a pesar de que yo sabía que no le gustaba para nada. Mi abuela, que básicamente me crió junto a mis padres, que en época de clases veía de lunes a viernes y en vacaciones casi todos los fines de semana, a la que durante el último año iba a hacerle bombas de papa porque le gustaban mucho pero que ella ya no podía hacer porque casi no caminaba y, obviamente, no tenía fuerzas.
Mi abuela, que nunca demostraba cariño con un beso o un abrazo, sino con detalles que siempre significaron muchísimo más que el contacto físico.
Sucedió un par de meses después de haber conseguido el trabajo, así que esa es una de las grandes razones por las que creo que aún no lo disfruto en su totalidad. Estuvo muy entusiasmada cuando le comenté del tema, y cada vez que tenía alguna novedad (por pequeña que fuera) lo charlaba con ella. A veces, mientras veíamos la novela (que odiaba porque "una perdió el embarazo y otra que estaba muerta ahora revivió", pero que veía igual) o algún programa del Gourmet (le dije que iba a probar de hacer las milanesas de papa (?) que ella vio en la tele, pero aún no lo pude intentar), o algún noticiero a volumen macro porque no era que no escuchaba, sino que ni se percataba que básicamente lo escuchaba todo el edificio porque ella siempre vivió en su ley.
Si bien su muerte (entendiéndola como desaparición física) en sí no me pegó tan fuerte, porque era algo que sabíamos que iba a pasar tarde o temprano y más por su estado en esas últimas semanas (y en este último año), me pegó mucho el cambio de rutina. No verla más haciendo crucigramas en la mesa, no hablar más por teléfono con ella cada noche cuando la llamaba a mi mamá para hablar dos horas de lo que ya habían hablado durante el día, no tener que avisarle con un mensajito cuando llego de alguna reunión en Buenos Aires... no sé. Creo que todavía no terminé el duelo. No sé si se termina, tampoco. Estoy bien la mayoría del tiempo porque son cosas que tienen que pasar y que a todos nos van a pasar tarde o temprano, pero hay momentos en los que me duele, y la extraño, y lloro. Las Fiestas fueron un momento muy particular con respecto a esto (además de la nota vieja que encontré mientras revisaba la biblioteca): miraba a mi alrededor, a mis vecinos tirando fuegos artificiales mientras yo abrazaba a mis perros que estaban temblando, y lo único que quería hacer era pasar la Navidad nuevamente con ella, como cuando el año pasado le dio plata a mi mamá y le dijo "con todo esto comprá sólo Mantecol" porque sabía a quiénes nos gustaba... u otro Año Nuevo, como el anterior, que no decía nada de los perritos porque los dos hermanos de 14 años (antes tenía cuatro, ahora dos) habían fallecido ese año, Lara habiendo muerto el día anterior a Navidad, y sabía que a mí me dolía mucho.
Uno idealiza a la gente cuando se va. No sé si la estaré idealizando... tampoco me interesa. Pero sé que mi mayor deseo es que todos en este mundo puedan tener una abuela como ella, que los quiera y que los mime sin tener la necesidad de hacer una caricia (aunque a veces recibas alguna). También deseo que todos puedan despedirse de sus abuelos cuando sea el momento, como me pasó a mí, que la fui a visitar el día anterior y que me dijo, aún cuando hacía días que no hablaba, con los ojos bien abiertos, "yo estoy bien". Ojalá tengan calorcito en el corazón (aunque en enero con esta temperatura es una maldición) cuando piensen en sus abuelas y/o abuelos, y que puedan ser muy felices a pesar de la tristeza que uno siente cuando se van.
Uh, puse vista previa y me fui al re mil pasto. Perdón por mariconear tanto. Todavía no se cumplieron dos meses (el 6) y yo aún no pude sacar todo lo que tengo afuera, además de que sólo unos pocos de mis amigos saben qué pasó durante el 2016. Tengo como la necesidad de borrar todo lo anterior porque creo que no refleja ni de rebote lo grande que fue Piru (como le decíamos), pero al menos es otro lugar en el que escribo sobre ella. *Se seca las lágrimas* *Se suena la nariz* *Abre el pañuelo y hace cara de asco al ver el moco*
Bueno, cambiemos el aire, que se me gasta lo sarcástico y el humor estilo Simpson. ¿A qué iba yo?
La entrada que linkeé al principio son mis propósitos dle 2016... los cuales no hubiera cumplido ni contando con la ayuda de lectores fantasma. Repasemos:
1) Completar mi reto de lectura anual de Goodreads (50 libros): completado. Inmoralmente. No llegaba ni de casualidad así que los últimos tres días de diciembre aproveché a leer la mayoría de los libros para chicos que tenía en mi biblioteca, porque la mayoría los leí en la escuela y los odié, y siempre los quise releer para hacerlo a conciencia. Algunos los hamé juerte, otros los odié tanto o más que la primera vez. Completé el reto el 31 de diciembre del 2016 a eso de las diez de la noche. Berguensa.
2) Completar el Popsugar 2016 Reading Challenge: ni idea. Lo tengo hasta en físico, pero me fijé tan poco en lo que leí durante el año (además de lo poco de leí) que no tengo ni presente las categorías. Igual, desde ya les digo que no. Es imposible. Había categorías muy bizarras que sólo hubiera completado si me proponía leer un libro específicamente para eso. Meh.
3) Leer al menos cinco de los cincuenta libros recomendados por Hayao Miyazaki: reto que arrastro desde el 2014 y que, un año más, no completé. JAJ. Desde el 2014 tengo 4/5 leídos, y en dos años no me digné a agarrar NI UNO del resto de la lista. Berguensa x2.
4) Terminar al menos dos sagas/trilogías/duologías que tengo empezadas: creo que leí pocos libros que no fueran stand alone, así que fracaso total. Hasta ahora vengo siendo una obra de Jesica Cirio en marzo en Mar del Plata. Lamentable.
5) De esta pongo un screencap, porque la imagen final de Michael Scott hace que valga la pena y no me la quiero perder:
Obvio que fracasé porque lo loser no me lo saco ni con jabón en polvo. Y creo que mis pendientes superan los 300. No sé. Ni quiero contar.
6) Leer más autores y más géneros: ni fu ni fa. Doy por completados estos dos puntos (que en un principio eran diferentes) porque fue un año tormentoso en el que, a pesar de que algunos autores que leí ya me eran conocidos, los redescubrí. Ni hablemos de Rainbow Rowell, por ejemplo, con Attachments.
¿Qué me propongo este 2017? Cosas bastante parecidas:
1) Completar mi reto anual de Goodreads, de nuevo con 50 libros: esta vez a conciencia. Vamos que se puede (?)
2) Leer lo que se me cante. Si bien voy a tener a mano dos challenges de lectura (el de Popsugar y uno más del que no me acuerdo el nombre) para que me ayuden a leer más variado, no me va a importar. Lo que lea (ya tengo varios pendientes de lectura obligatoria este año, hasta separé meses por temáticas) va a ser por cuenta propia y porque lo quiero leer en ese momento, haya sido publicado en el 2017, 2010, 2001 o 56 a.C.
3) Leer al menos cinco de los cincuenta libros recomendados por Hayao Miyazaki: juro que este año llego a cinco. Por el conejo Pepito.
4) Terminar al menos dos sagas/trilogías/duologías que tengo empezadas: si llego a tres el año que viene para estas fechas me autoregalo algo como recompensa.
That's it. Si la Fuerza me acompaña, también quiero ver si soy capaz de publicar una entrada por semana (más o menos) este año... vamos a tener que rezarle muy fuerte al Comandante Fort que está en losieloh para que pase, pero capaz lo logro. Me quedan 11 materias (año y medio, más o menos), así que voy a estar con todo, ocupadísima con la tesis y con el nivel 2 de coreano. Así que paciencia, por favor, que los viejos vamos por el carril lento.
Les pido perdón mil por la entrada tan larga, llena de sentimientos y de lagrimitas virtuales (y no tan virtuales), pero quería compartir lo que pasó y lo que (espero) pasará. También quiero saber cuáles son sus objetivos para este año, sean bloggeros/lectores o no. ¿Cuántos libros quieren leer este año? ¿Cuántos días a la semana quieren almorzar verdura como plato principal? ¿Cuántos finales quieren meter? ¿Cuántas materias quieren aprobar en marzo? ¡Los quiero escuchar!
PD: en unos días se viene lo mejor del 2016 (¿para qué lo peor, si total fue un año muy caca?), tanto de libros como de otras cosillas. ¡Estén atentos!