La Sociedad de Naciones (SDN) fue una organización internacional considerada la precursora de la Organización de Naciones Unidas. Se fundó tras la Primera Guerra Mundial mediante el Tratado de Versalles de 1919 para evitar nuevos conflictos internacionales a gran escala, a través de la seguridad colectiva y la cooperación entre países. Pese a conseguir logros, el proyecto de paz de la SDN fracasó, pues la Segunda Guerra Mundial echó por tierra su razón de ser dos décadas después.
En abril de 1919, la Conferencia de Paz de París reunió a representantes de 42 países para firmar el Pacto de la Sociedad de Naciones, anexo al Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Los primeros Estados miembros de este nuevo organismo fueron los veintinueve vencedores de la Gran Guerra, junto con trece países neutrales invitados. A partir de 1920 se incorporaron otros veintiuno, y algunos como Brasil o Argentina abandonaron la Sociedad por discrepancias con los criterios de membresía, cuyos límites de afiliación se convirtieron en una debilidad de la organización.
La iniciativa de formar la primera gran organización internacional de carácter general proviene de los Catorce Puntos de 1918, la propuesta del presidente estadounidense Woodrow Wilson para sentar las bases de las nuevas relaciones internacionales en tiempos de paz. En el decimocuarto punto, Wilson pedía a las naciones grandes y pequeñas que se asociaran en un gran organismo para “garantizar la independencia política y la integridad territorial” mediante el liberalismo, la cooperación y la diplomacia abierta.
Pese a que el presidente Wilson fue el ideólogo de la SDN, Estados Unidos no entró a formar parte de la organización. Aunque el país había firmado el Tratado de Versalles como uno de los vencedores de la guerra, el Senado estadounidense no ratificó la firma y por tanto rechazó el ingreso en la Sociedad. Los opositores a la organización argumentaban que la adhesión obligaría a Washington a renunciar a sus prioridades para garantizar la seguridad ajena. Sin el apoyo de la principal potencia mundial, la SDN estaba abocada al fracaso. Dentro de la organización, la toma de decisiones en asuntos como el desarme se vio truncada por los desacuerdos entre sus miembros. Y, por si fuera poco, además de la ausencia estadounidense, a Alemania y la Unión Soviética no se les permitió ingresar hasta años después, lo que desequilibró la Sociedad desde el principio.
La estructura de la SDN estaba originalmente formada por la Asamblea de todos los países miembros; el Consejo, compuesto por cuatro miembros permanentes: Francia, Italia, Reino Unido y Japón, vencedores de la guerra, y otros cuatro no permanentes elegidos por la Asamblea renovados cada tres años; y el Secretariado. La sede se fijó en el Palacio de las Naciones de Ginebra (Suiza). Además, se crearon organismos como la Organización Internacional del Trabajo o la Corte Permanente de Justicia Internacional, afiliados a la SDN.
La Sociedad de Naciones contribuyó a asentar los principios del derecho internacional y a rebajar las tensiones entre países como Francia y Alemania. El Tratado de Locarno (1925) para reforzar la paz en Europa y el Pacto Briand-Kellog (1928) para prohibir el uso de la fuerza fueron clave en una época de relativa coexistencia pacífica. Asimismo, la SDN administró mandatos coloniales —antiguos territorios del Imperio alemán y del otomano, perdedores de la Primera Guerra Mundial— como Palestina o Tanganica, actual Tanzania, más la cuenca del Sarre y la ciudad de Danzig, en la actual Polonia, otros dos territorios alemanes en Europa.
Este espíritu de distensión se quebró en los años treinta con el auge de los fascismos en Alemania e Italia, que abandonaron la Sociedad de Naciones en 1933 y 1936, respectivamente. El estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, que acabó con millones de vidas, también desmoronó la visión idealista de un nuevo mundo de paz que había dado origen a la Sociedad de Naciones. Durante la guerra, la SDN continuó realizando labores reducidas, por ejemplo, de ayuda a refugiados. Tras haber fallado en su misión de evitar otra guerra, la organización se disolvió en 1946 para dar paso a su heredera natural, más exitosa y duradera: la Organización de Naciones Unidas.
Lo que nos enseñó la Primera Guerra Mundial
¿Qué fue la Sociedad de Naciones? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.