Los juegos de los pequeños pueden, a veces, acabar provocándoles heridas, cortes o rasguños, a pesar de la atenta mirada de los padres. Y es en ese momento cuando pueden ser de gran ayuda los antisépticos. Se trata de sustancias antimicrobianas, es decir, que al aplicarlas sobre la piel evitan la proliferación de microbios que pueden provocar que la herida se infecte.
Y es que es importante que, cuando se produzca una herida, los padres tomen las medidas oportunas para evitar infecciones.
Aún así, ni habrá que llegar al extremo de asustarse mucho y por consiguiente poner nervioso al pequeño, ni tampoco de no hacer prácticamente nada, lavar solo la herida y de este modo, quitarle importancia.
Siempre hay que limpiar las heridas de los niños para evitar infecciones
Y es que, cuando se produce un accidente de este tipo, aunque el rasguño sea pequeño, esta herida hace que aumente el riesgo de que las bacterias entren en el organismo y se produzca una infección. Y además, aún será más fácil que se infecte si dicha herida se produce cuando el pequeño está jugando en el parque o en la calle, ya que está en contacto directo con los microbios del ambiente.
De modo que, en estas situaciones, la utilización de un antiséptico juega un papel fundamental, ya que creará una barrera de protección. La forma de aplicación será colocando el producto en los costados de la herida y no en la incisión, para que así la lesión esté al aire libre y cicatrice más rápidamente. Además, todos los antisépticos no son iguales ni son efectivos de la misma forma, ya que cada uno tiene unas propiedades y son más adecuados para unos usos u otros.
Tipos de antisépticos para niños
En primer lugar, la clorhexidina suele usarse para los recién nacidos, lactantes y niños pequeños porque no se absorbe pero resulta muy eficaz cuando hay pus, exudado o sangre. Además no presenta contraindicaciones y no es tóxico. A ello hay que sumar que su efecto dura desde que se coloca hasta incluso seis horas después. Sin duda, es el más seguro para bebés y niños. Mientras que, por el contrario, el yodo no es adecuado en el caso de los recién nacidos, así como lactantes, ya que su utilización retrasa la cicatrización y puede provocar irritación cutánea y absorción al nivel sistémico.
Otro antiséptico muy común es el alcohol, que, a pesar de que es muy eficaz para acabar con las bacterias, hay que tener cuidado porque es inflamable y además suele producir dolor en la zona afectada, así como irritación, además de que no debe ser usado en las heridas abiertas. En cuanto al agua oxigenada se activa ante las bacterias, tiene un efecto inmediato al aplicarse, pero, sin embargo, no permanece mucho tiempo dicho efecto.
Otro punto importante en cuanto a los antisépticos es la cuestión de cuánto tiempo usarlo. Aunque no hay una cantidad de días específica, los especialistas afirman que, cuando se trate de atención primaria con heridas abiertas se usará durante las primeras 24 ó 48 horas, hasta que empiece a cicatrizar. En cambio, cuando la herida esté cerrada, pero hay riesgo de infección, se usará de forma más continuada cada vez que se cambie el apósito y se lave la zona con suero fisiológico.