¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando escuchas la palabra “psicólogo”? Muy probablemente, estés pensando en ideas como depresión, ansiedad o incluso locura. Tal vez pienses que te vendría bien acudir a un psicólogo, o puede que pienses que no.
En cualquier caso, en este artículo me he propuesto acercarte un poco más lo que es la figura del psicólogo y romper algunos mitos bastante extendidos.
Tradicionalmente a los psicólogos se nos asocia con la enfermedad. Y sí, es cierto, parte de nuestro trabajo consiste en tratar a personas que padecen un trastorno mental. Aquí es donde entran las ideas de las que hablábamos hace unas líneas: trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, fobias, etc… Esta es la parte conocida del psicólogo.
Pero no nos quedamos sólo en eso, sino que los Psicólogos también ayudamos a las personas a tener una vida más productiva y satisfactoria. Y esta es una faceta mucho menos conocida.
Estudiantes, deportistas o trabajadores que quieren mejorar su rendimiento; personas con un estilo de pensamiento negativo que les impide ser totalmente felices; familias que no saben cómo comunicarse de manera efectiva; niños con dificultades escolares; padres y madres que necesitan asesorarse sobre la educación de sus hijos; personas con inseguridades que quieren aprender a valorarse más… Y así podría seguir y llenar un artículo entero con ejemplos, pero creo que con estos ya es suficiente para que entiendas que no es necesario tener una enfermedad mental para requerir los servicios de un psicólogo.
Una vez aclarado esto, me gustaría también aclarar algunos mitos que giran alrededor de los profesionales de la Psicología.
El psicólogo no es alguien que sólo se limita a escucharte. Nuestro trabajo va mucho más allá: escuchamos, preguntamos, analizamos las causas y consecuencias de la conducta, ayudamos a establecer pequeñas metas que vayan consiguiendo poco a poco un cambio de comportamiento.
El psicólogo no tiene “recetas mágicas”. Algunas personas piensan que con un puñado de frases el psicólogo va a solucionar todos sus problemas y no es así. Acudir a terapia supone un trabajo diario por parte de la persona, guiado siempre por el psicólogo.
No sabemos en todo momento lo que piensa una persona. Aunque es cierto que la comunicación no verbal da mucha información, no tenemos la capacidad de leer la mente de los demás.
No analizamos a todos constantemente. Sólo lo hacemos evaluación en la terapia, no de manera constante.
En resumen, nuestro trabajo consiste en ayudar a las personas, en guiarlas para que sean ellas mismas las que produzcan un cambio en su comportamiento que les permita una vida más satisfactoria, más feliz. Autora: Psicóloga Laura Matínez Suárez