En muchas ocasiones los padres no saben cómo actuar cuando su pequeño llora y llora y no consiguen saber el motivo. Para los bebés es su forma de expresar lo que sienten pero esa reacción, en ocasiones, hace que sus progenitores se hagan mil preguntas tales como qué le pasará, qué hacer, cómo conseguir que pare de llorar...
Y es que, el bebé puede llorar porque tenga frío, calor, hambre, sueño, le duela algo, necesite la cercanía con sus padres... pero, sea cual sea el motivo, los padres deben intentar mantener la calma y la tranquilidad para así conseguir calmarles y poco a poco ir aprendiendo cuál es el significado del llanto del bebé, diferenciando así cuando tenga hambre a cuando tenga algún dolor.
Y es que, está demostrado que, si los padres se ponen nerviosos y ansiosos cuando el pequeño llora, éste lo nota y, sin duda, esto le provoca también intranquilidad, lo que, por consiguiente, aumentará sus ganas de llorar.
No existe una fórmula mágica para calmarlo siempre
En este punto existe un amplio debate sobre las formas de callar al pequeño, ya que, en función del motivo del llanto, serán útiles unas formas u otras. Por ello, será muy importante, que los padres entiendan poco a poco el significado del llanto de su pequeño.
De este modo, en caso de que tenga hambre, el llanto será persistente y suele empezar suave hasta que el pequeño se desespera porque no consigue que sus padres entiendan su necesidad. En estos casos, una vez que se quede satisfecho al darle el pecho o el biberón, se calmará y el llanto cesará. En cambio, si se trata de un dolor, ya sea, de oídos, de encías... el llanto será más agudo, como si fuera un grito entre lágrimas. Asimismo, cabe destacar los cólicos como un motivo muy frecuente de llanto, entre la tercera semana y el tercer mes. Para intentar calmar su dolor, será conveniente acostarle boca arriba y moverle las piernas, estirando y encogiendo. Asimismo, será muy útil masajearle la barriguita suavemente en el sentido de las agujas del reloj.
Si se siente cansado, su llanto será más nervioso, del mismo modo que, si está agobiado por un exceso de ruido, movimiento... se quejará y será un lloriqueo. En este caso, la solución no será más que intentar apartarle del bullicio y calmarle. Para conseguirlo será muy útil que la madre lo coja en brazos ya que escuchará el latido de su corazón y pensará que está en el vientre materno. También ayudará que se le cante y arrulle, ya que escuchar la voz de sus padres será una forma de sentirse protegido y arropado.
A los padres, sobre todo los primerizos, les genera mucha ansiedad ver al bebé llorando
A menudo los padres se preocupan por verle llorar pensando que le duele algo y, en cambio, el motivo puede ser que el pequeño se encuentre incómodo. Ya sea porque tenga el pañal sucio, porque la habitación esté demasiado cargada o porque en cambio, tenga frío a causa de alguna corriente. En estos casos, el llanto demostrará desconsuelo, no será fuerte. Ante ello, se le cambiará de pañal y se comprobará si tiene irritación, se ventilará la habitación o en cambio, se le tapará o acurrucará para quitarle el frio.
Aún así, si ya se ha comprobado que no tiene ningún dolor físico y sus necesidades están cubiertas, habrá que pensar en otras opciones. Será útil, moverle o balancearle, sin dormirle, tan sólo para calmarlo, así como, darle algún juguete o peluche que, ya sea por su forma, su sonido o su tacto le transmita tranquilidad o, colocar en la habitación música relajante... Sin duda, será importante el contacto con los padres, pero tampoco será conveniente acostumbrarle a estar en brazos, a estar en contacto constante con la madre... ya que, el pequeño también deberá aprender a estar relajado en su cunita.