El artículo de esta semana está especialmente dirigido a todas las lectoras y clientas que me dicen, es que tengo tantas ideas, hay tantas cosas que me gustan que no sé cuál elegir. Esto se puede aplicar tanto a decidir qué hacer profesionalmente, cómo a decidir que idea convertir en negocio o qué estrategias utilizar si te dejas atraer por cualquier novedad que se presente.
Si te incluyes en esa categoría probablemente tengas la creencia, como hablé en otra ocasión, de que todos nacemos con una vocación y hasta que no encuentres la tuya no serás feliz porque no es normal que te gusten tantas cosas y qué pasa si eliges una y te equivocas y te arrepientes toda la vida. Es que eres una inmadura y es hora de sentar la cabeza. Así, seguido, tal cual ; ) Así que voy a empezar con dos puntualizaciones. En primer lugar, hay personas que tienen muy clara su vocación desde el inicio de los tiempos (yo misma, y mira donde estoy ahora) y hay personas que no. Ambos casos son normales y están bien, no hay nada malo en ninguna de esas opciones. En segundo lugar, deja de compararte con los que sí tienen claro lo que quieren y céntrate en ti, ¿qué puedes hacer al respecto? ¿Cómo decidir a qué dedicarte, qué opción elegir o qué tipo de negocio empezar? Ya he dicho varias veces que compararte con los demás no suele beneficiarte en nada y te mantiene igual de paralizada o más.
Aparte de eso, ¿qué puedes hacer para salir de esa situación? Para empezar, tres cosas. Lo primero que te recomiendo es escribir todas las ideas que tienes en un papel, porque hasta que no tengas claro el caos en tu cabeza no podrás tener una estrategia. Como dice una de mis mentoras, Marie Forleo, “Inner chaos, creates outer chaos“, o lo que es lo mismo, el caos en tu interior crea caos en tu exterior. Así que plasmar en papel lo que te ronda por la cabeza es siempre una buena idea. Una vez lo tengas todo por escrito, revisa cada opción y piensa detenidamente:
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¿Qué implica exactamente esa opción?
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¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes?
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Si es una decisión profesional o un tipo de negocio, plantéate también qué tipo de vida llevarías y, lo más importante, ¿encajaría con el tipo de vida que quieres?
Estas preguntas son fundamentales para dar el primer paso porque pocas veces te paras a pensar en las repercusiones de cada opción, en lo que de verdad implicarían. Por poner un ejemplo, puede que la idea de pasarte un año recorriendo el mundo en un velero te parezca un sueño hecho realidad, pero cuando piensas bien lo que implica te das cuenta de que no te apetece estar tanto tiempo separada de tu familia o tanto tiempo en el mar. O a lo mejor te atrae la idea de un puesto de gran responsabilidad pero cuando lo piensas bien te das cuenta de que valoras el tiempo libre y no te apetece estar muchas horas trabajando o tener a mucha gente a tu cargo. O te planteas utilizar una determinada red social y cada vez que lo piensas te atrae menos lo que conlleva… Cada persona es un mundo y lo que para unos es un sueño para otros puede ser una pesadilla. Así que párate a analizar bien las implicaciones.
Lo segundo que puedes hacer es dejar de pensar. Está bien analizar opciones pero, como siempre digo, mucho análisis produce parálisis. Pensando sólo puedes llegar hasta un determinado punto y a partir de ahí sólo te queda una cosa… Probar. Probar algo para ver si te gusta o no. No es necesario que sea algo radical, puedes meter un dedo en el agua antes de lanzarte a la piscina. Por ejemplo, puedes hablar con alguien que se dedique a eso, puedes trabajar como voluntaria o en prácticas un tiempo. Tu mayor obstáculo ahora es la excusa y la pereza, pero para hacer cambios hay que hacer cosas, si te quedas sentada pensando no vas a conseguir nada, tienes que probar lo que quieres, y si no te apetece probar más vale que te plantees otra cosa porque cuando de verdad quieres algo haces lo que sea para lograrlo.
Por último, la tercera recomendación es: toma una decisión ya. Ya sé que no es nada fácil, claro que no, pero ¿qué alternativas tienes? ¿Seguir dándole vueltas a algo que no sabes cómo solucionar? Decídete por algo, prueba y si funciona sigue con ello y si no, corrige. Quiero que te quedes con esta frase: ”La gente con éxito toma decisiones rápido y si se equivocan corrigen” (pincha aquí para tuitear la frase). Lo que está claro es que pensando sólo avanzas hasta cierto punto y si ya has llegado a ese punto ya sabes lo que toca…
¿Qué me dices? ¿Qué vas a hacer tú?