Hola amig@s, ¿cómo estáis? el día de hoy finaliza el mes de mayo y, debo decir que ha venido cargado de satisfacciones. Bueno, sinceramente todo este año está siendo bien completo. Y vosotros mis lectores, sois parte de ello.
En el artículo de hoy, vamos a tocar el ”crecimiento personal”. Que a muchos de vosotros os encanta y, no sólo la temática en sí, sino recibir consejitos al respecto para el día a día.
Hace un tiempo me han dicho que, al crecimiento personal se le podía comparar de forma simplificada con la fermentación cuando hacemos pan o un pastel que requiera de ese proceso. Como en todo, los procesos llevan sus etapas y, a veces por las prisas, ansiedad, ganas de ”ver ese cambio ya”, no anticipamos a los hechos de forma apresurada.
Todo lo que merece la pena, lleva su tiempo y es preciso un esfuerzo, dedicación, constancia añadiéndole paciencia para que resulte efectivo. Ahora eso sí, lo que no puede carecer en ti, es la idea fija de querer crecer constantemente.
Se participativo/a y olvida el apego a los resultados:
En nuestro mundo, encontramos a muchísimas personas obsesionadas con los resultados, con la victoria, las recompensas… No es necesariamente malo, pero efectivamente ”como en todo” el exceso no es lo más recomendable para tu día a día. Si sucede que te obsesionas, puedes caer en la trampa del desánimo compulsivo, la impaciencia y el poder del abandono. Los resultados por regla, son espontáneos, el que tiene que ser constante eres tú, no tus recompensas. Céntrate y actúa, no mires para los lados, sólo mira hacia delante y nunca pierdas tu foco.
Mastica bien antes de ingerir:
Con esta expresión me quiero referir a que no deberías de ir masticando de todo lo que ves que te atrae, primero ingiere una cosa y después continúa con otra. Lo mismo sucede con nuestros actos. Planifica metas cortas y a medida que vayas logrando, irás aumentando más y más. ¿Quieres hacer esta semana una totalidad de ventas de 5000€? vale, céntrate en eso y no te distraigas en otras cosas. Puedes hacer multitarea pero OJO, sin apartar tu foco nunca de tu vista. Prioriza siempre.
El dolor te enseña:
No creas que por estar pasando una mala época, ya las demás en tu vida serán igual. Nada de eso. Abraza la lección que ese dolor te aporta y aplicalo.
Sé tu mismo:
No pretendas cambiarte, eres único y maravilloso. Sé tu mismo, con tu personalidad. No tienes que caerle bien a todo el mundo, simplemente enseñar tu personalidad limpia y sincera. Bajo mi punto de vista, notarás qué placentera es la vida mostrándole al mundo quién eres con tus defectos y virtudes. Brillarás igualmente.
Despégate de las personas que son negativas, tóxicas:
Abraza lo que te enseña este tipo de personas. No seas como ellas, afronta la verdad de los hechos y, cada persona que no te aporte nada, aléjala de tu lado. Has de tener siempre personas a tu lado que compartan tu visión, que quieran ayudarte, que te apoyen y te hagan de un día divertido, un día productivo.
Sigue tu plan, tu agenda:
No olvides que todo lo que planificas tiene una razón, si te dejas influenciar por otras personas para que cambien tus planes, estás retrasando tus objetivos, y lo más importante. Dejándote influir y no seguir tus instintos y tus planes, es una actuación tóxica.
Escucha siempre:
El don de escuchar es más útil de lo que se cree. Cuando dejamos de escuchar dejamos de aprender. Por tanto, cada opinión, crítica constructiva o lección, nos será práctico para nuestro crecimiento personal. Recuerda que por algo tenemos dos orejas y una sola boca. Hay que saber escuchar. Ya tendremos tiempo de hablar.
Un abrazo,
Omayra Montes