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Qué hacer si tu calentador eléctrico silva o hace extraños ruidos

Por Soloelectronicos @soloelectronico

Existen diferentes tipos de calentadores eléctricos, pero los más comunes son los de acumulación. Estos calientan grandes cantidades de agua y la almacenan para su uso posterior. Otra opción son los calentadores instantáneos, que calientan el agua a medida que se necesita. Los calentadores eléctricos ofrecen ventajas como facilidad de instalación, seguridad y control de temperatura. Sin embargo, su principal desventaja es el consumo eléctrico, especialmente en los modelos de acumulación, razón por la cual muchas personas usan cronostatos y modernamente han aparecido los calentadores inteligentes ( unos calentadores que básicamente aprenden los hábitos de uso de modo que una vez haya concluido el aprendizaje encienden el aparato horas antes) .

Al elegir un calentador, es importante considerar factores como el tamaño del depósito, la potencia, el aislamiento y la eficiencia energética.

Un calentador eléctrico funciona calentando agua a través de una resistencia eléctrica. Esta resistencia se sumerge en un depósito de agua y, al pasar corriente eléctrica, se calienta. El agua que rodea la resistencia absorbe este calor y aumenta su temperatura. Un termostato controla la temperatura del agua, encendiendo y apagando la resistencia según sea necesario. Una vez caliente, el agua se almacena en el depósito hasta que se abre un grifo de agua caliente.

Realmente como vemos en la siguiente imagen (cortesía de Aristón) no es demasiado difícil pues se resume en fijar este a la pared ,enroscar los manguitos a las bocas de entrada y salida, enroscar la válvula de seguridad y finalmente conectar los manguitos de entrada y salida de agua.

Averías posibles de un calentador eléctrico

Los calentadores eléctricos de acumulación, a pesar de su fiabilidad, pueden presentar diversas averías a lo largo del tiempo. Una de las más comunes es el deterioro de la resistencia, que puede provocar un calentamiento insuficiente o incluso fugas. El termostato también puede fallar, causando variaciones en la temperatura del agua o un funcionamiento irregular. La válvula de seguridad, esencial para liberar el exceso de presión, puede obstruirse o fallar, generando fugas. Además, el aislamiento del depósito puede deteriorarse con el tiempo, aumentando el consumo energético.

Otras averías frecuentes incluyen fugas de agua en juntas y conexiones, ruidos extraños ocasionados por la acumulación de cal o problemas en la bomba de circulación, y sobrecalentamiento debido a un termostato defectuoso o una falta de circulación del agua.

Identificar una avería suele ser sencillo: si el agua no se calienta, si la temperatura es irregular, si hay fugas o si el calentador emite ruidos extraños, es probable que exista algún problema. Ante cualquier avería, lo primero es cortar el suministro eléctrico y consultar el manual de instrucciones. Si no se puede solucionar el problema, es recomendable contactar a un técnico especializado.

Para prevenir averías, es fundamental realizar un mantenimiento periódico del calentador, como limpiar el ánodo de magnesio y eliminar la cal. Si el agua de tu zona es muy dura, instalar un sistema de descalcificación puede prolongar la vida útil del equipo.

Problemas con la válvula de seguridad

Una válvula de seguridad en mal estado puede causar una serie de problemas, algunos bastante graves y ciertamente la pena es que su sustitución es muy sencilla y económica. Si la válvula presenta fugas, habrá una pérdida constante de fluido, lo que puede generar una disminución de la presión en el sistema, un mayor consumo energético y, en casos extremos, corrosión o incluso riesgos de incendio o explosión.

Cuando una válvula de seguridad no funciona correctamente, ya sea por no abrirse cuando debería o por no cerrarse por completo, puede ocasionar sobrepresión en el sistema, lo que puede llevar a daños estructurales o explosiones. Además, una válvula que no cierra bien provoca una pérdida continua de fluido, afectando la eficiencia del sistema.

Las vibraciones y ruidos anormales en una válvula suelen indicar desgaste y pueden provocar fugas o fallos futuros. Asimismo, el bloqueo de la válvula impide la liberación del exceso de presión, aumentando el riesgo de accidentes. Dado el bajo coste que tiene este tipo de válvulas ante la menor duda recomendamos de este blog reemplazarla en cuanto note algunos de los síntomas mencionados:

  • Perdidas momentáneas.
  • Pitidos o ruidos extraños .
  • Corrosión.
  • Flujo de agua caliente inestable.

Las causas de estas averías son variadas y pueden incluir corrosión, desgaste por uso, obstrucción por partículas o sedimentos, e incluso defectos de fabricación.

Para prevenir estos problemas, es fundamental realizar inspecciones periódicas de las válvulas, llevar a cabo un mantenimiento preventivo adecuado y utilizar materiales de calidad. La calibración regular también es esencial para garantizar que las válvulas se abran y cierren a la presión correcta.

En resumen, una válvula de seguridad en mal estado puede generar una amplia gama de problemas, desde fugas y pérdidas de presión hasta daños estructurales y riesgos de seguridad. Por ello, es crucial prestar atención a su estado y realizar las acciones necesarias para mantenerla en óptimas condiciones.


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