Antes de entrar en materia vamos a contextualizar por si alguien anda perdido: ¿Qué es el MI6? El MI6 es el servicio secreto de inteligencia del Reino Unido (no confundir con el MI5, que es el servicio de seguridad), esto es, donde trabaja James Bond pero en la realidad. Sus archivos, obviamente, son secretos, y no mucha gente tiene acceso a ellos, de ahí que Keith Jeffery sea un privilegiado. ¿Y quién es ese Jeffery? Bueno, más bien fue, porque murió el año pasado. Hasta entonces fue un historiador norirlandés muy prestigioso, cuya dilatada carrera le abrió las puertas del MI6 para una investigación sobre el papel de esta institución durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial y que publicó en forma de libro con el título MI6: The history of the Secret Intelligence Service, 1909–1949.Obviamente en ese libro se cuentan muchísimas cosas muy interesantes, pero una es la que lo ha traído hasta nuestro blog: el MI6 usó semen como tinta invisible para escribir.Ale, pues ya está, ahí lo lleváis...
Bueno, vamos a explicar un poco más: nos remontamos a la Primera Guerra Mundial, un momento en que el MI6 jugaba un papel fundamental, pero necesitaba encontrar nuevas formas de comunicación que le permitieran ocultar sus mensajes y asegurar así el secretismo de su trabajo. En la Universidad de Londres, un hombre se dedicaba casi en exclusiva a esta labor, y así lo reflejó en su diario Walter Kirke, que trabajaba para el investigador. En aquel diario anotó que un día su superior había comentado que el semen era excepcional para usarlo como tinta invisible: en aquella época no tenían todavía la lucecita esa del CSI, no existían medios para detectarlo sobre el papel, y además su textura lo hacía especialmente útil para escribir con él.Otro hombre al servicio del descubridor de la nueva utilidad del semen declaró que "nunca había visto a su jefe tan contento" cuando le dijeron que efectivamente el semen tampoco reaccionaba a los vapores de yodo. "Sacó un paquete de clínex, se frotó las manos y, con una sonrisa en la cara, entornó la puerta de su despacho...". No, es broma, esta última frase nos la hemos inventado nosotros, pero lo demás es cierto.
La única pega que al parecer tenía el semen como materia de escritura era el olor, que según algunos agentes se percibía al abrir las cartas... Además, en el libro se habla de algún caso de un agente que había usado este método y se le había tenido que trasladar a causa de las burlas de sus compañeros. Así que, después de la euforia inicial, quizá no se empleó demasiado. O quizá se siga usando, quién sabe...A todo esto... te habrás percatado de que no hemos dicho el nombre del investigador en cuestión que logró tal hallazgo, pero es que nos estábamos reservando lo mejor para el final: su nombre era Mansfield Cumming.
- Jeffery, K. (2010): MI6: The history of the Secret Intelligence Service, 1909–1949, Bloomsbury.
- (21/09/2010): "MI6 'used bodily fluids as invisible ink'", en The Telegraph.
- (21/09/2010): "El MI6 usó semen como tinta invisible durante la Primera Guerra Mundial", en El Mundo.