Los
archivos históricos indican que el 9 de noviembre de 1965 el sistema
interconectado de electricidad que une Canadá con la costa este de Estados
Unidos sufrió un desperfecto que ocasionó un apagón de 14 horas. Más de 30
millones de personas quedaron a oscuras, entre ellas las de la ciudad de Nueva
York, que vio paralizada su tren subterráneo, ascensores y medios de
comunicación, en medio del caos en las calles por la falta de semáforos y con
sus dos aeropuertos internacionales funcionando con sistemas de emergencia.
Los archivos históricos indican que el 24 de
marzo de 1976 en Argentina, la entonces Presidente de la República Isabel Martínez
de Perón tras un golpe militar fue detenida y trasladada a Neuquén, asumiendo
el poder una Junta de Comandantes de las FFAA integrada por el Teniente Gral.
Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando
R. Agosti. Se iniciaba así un período de oscuridad en el país que duraría siete años.
Esta
“junta” designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla.
Dispuso
además que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compusieran el futuro
gobierno con igual participación. Comenzó así el autodenominado "Proceso
de Reorganización Nacional".
El
régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas
democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la
población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y
así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente.
Por aquel entonces Argentina contaba con una
población de 23.364.431
habitantes que de un día para otro comenzaron a vivir una etapa siniestra, la
de la dictadura militar.
Veintitrés
millones trescientos sesenta y cuatro mil cuatrocientos treinta y un habitantes.
No
solo Graciela Alfano o Tato Bores, o Magoya o los cientos de miles que llenaron
la plaza de mayo el dos de abril de 1982, cuando los nuevos mandatarios de
facto dijeron que las Malvinas eran verdaderamente argentinas..
Si
hay un personaje que me cae antipático por muchas razones es precisamente
Graciela Alfano, pero no entiendo esta corriente que parte de algún sotomósforo
que indica que debemos repudiar a la Alfano por sus amores (reales o no con
Massera) y ahora a Tato Bores porque según la óptica de Florencio Randazzo,
actual Ministro del Interior, fue muy soft en sus monólogos televisivos en
épocas del gobierno de facto.
No sé
a qué sirve, no sé qué suma, qué importancia tiene, más allá de distraer la
atención sobre otros temas que son realmente más importantes.
Sobre
los dichos del Ministro Randazo, no podríamos preguntar que hacía él por aquel
entonces pues solo contada con doce años (nació en 1964) pero sí que hacían don
Juan y doña Gladys, sus padres.
Alejandro
Borensztein, hijo del humorista, lanzó fuertes críticas en su columna publicada
en el diario Clarín del domingo pasado..
Borensztein,
arquitecto y productor de televisión, defendió al accionar de su padre durante
el gobierno de facto.
"El
ministro Randazzo apareció por televisión mientras mostraban imágenes de
programas de mi viejo Tato durante el Proceso, satirizando a los militares de
una forma que, al verlo hoy, me asusta", escribió.
Y
explicó: "Había estado prohibido durante 1974 y 1975 por la banda fascista
de Isabel y López Rega y luego siguió prohibido por la de Videla y Massera
durante 1976, 77 y 78 . En el 79 volvió, toreando al Proceso, bomba en casa
mediante , con sus únicas armas: el humor y la sátira. Defendiendo valores
democráticos, de la manera más sutil posible".
Durante
una visita al programa 6,7,8, Randazzo cuestionó la semana pasada la falta de
una actitud combativa por parte del humorista durante la dictadura.
Luego
de ver las imágenes, el funcionario opinó: "Yo no voy a hacer una
acusación sobre Tato Bores , no me siento con la autoridad para hacerlo, pero
viendo lo que ocurrió después... me extraña que hombres que tenían una enorme
responsabilidad y un enorme crédito... eh... deberían haber tenido otra actitud
, absolutamente otra actitud., lo digo con mucho respeto, una actitud mucho más
combativa sobre lo que estaba ocurriendo en la Argentina. No alcanza ni la
ironía ni el chiste porque la historia fue trágica... si hubieran tenido otra
actitud no hubiéramos tenido que lamentar 30.000 personas, lo digo con el miedo
de estar cometiendo una injusticia".
Borensztein
replicó: "¿Qué imagina el ministro Randazzo que debió haber hecho mi
viejo? ¿Ahorcar represores con los tiradores del frac? ¿Asfixiarlos metiéndoles
la peluca en la boca? Como él ya no está para defenderse de toda manipulación
histórica, no me queda más remedio que hacerlo en su nombre" concluyó.
Sirve
también agregar un comentario publicado en el diario Perfil por Omar Bello en
su columna “La vida es Bello” que me parece más ecuánime en el tratamiento del
tema:
“El proceso no empezó
en 1976, sino en el 30, con el derrocamiento de Yrigoyen.
Y
tampoco terminó en el 83, gracias a una sociedad que decidió apostar a la democracia.
Sin
la derrota de Malvinas, los avances en materia de derechos humanos hubieran
sido menores, y tendrían un status parecido al que exhiben Chile, Uruguay y
Brasil. Además de matar, las Fuerzas Armadas criollas terminaron suicidándose,
y sobre esa decisión construimos el “éxito” que varios sinvergüenzas se
atribuyen sin pudor.
Desde
la impunidad que les da la edad (eran muy chicos en los setenta), y montándose
en el caso Alfano, una manada de caraduras se lanzó estos días a hablar de la
connivencia entre civiles y militares durante la dictadura.
Muchachos,
viendo cómo le lamen los tacos al poder hoy, no tengo dudas de que hubieran
hecho lo mismo hace treinta años.
Porque
la esencia del periodismo es la crítica, no el apoyo a quien tiene la sartén
por el mango.
Al
comparar este período democrático con el proceso, Graciela se equivocó mal.
Claro que todo sirve para algo: en materia de periodismo “oficial” no avanzamos
nada. Sigue tan despreciable y advenedizo como entonces. Durante décadas, el
poder militar y la población civil trabajaron en “conjunto”. Algunos más y
otros menos, pero sin acuerdo general no hay dictadura posible.
De
hecho, Perón, el político más relevante del siglo veinte, no sólo fue militar
sino que protagonizó un golpe de estado que le permitió armar su base de
sustentación. Lejos de relacionarse con Graciela y sus amoríos, lo trágico de
este entuerto es la manera descarada en que le mentimos a los jóvenes,
vendiéndoles una sociedad argentina que nunca existió, y que mientras termina de
saldar sus cuentas con los asesinos y reparar lo que puede de aquella brutal
tragedia, haría bien en mirarse al espejo y, al estilo de Fuenteovejuna, en
algún momento sincerarse y decir “Fuimos todos”.
En
la frase de Bello “Muchachos, viendo cómo le lamen los tacos al poder hoy, no
tengo dudas de que hubieran hecho lo mismo hace treinta años.” y viendo algunos
rostros del video que sigue a continuación aquello de “Fuimos todos” resulta
casi irrebatible.
Fuentes: lanación-www.me.gov.ar-Perfil.com-
Videoyoutube.com/user/fabiorc89