¿Qué Harías Tú En 2018 Si No Tuvieras Miedo?

¿Qué harías si no tuvieras miedo? Hace unas semanas, recién entrado el nuevo año, leía una entrevista con Sheryl Sandberg (Directora de operaciones de Facebook) donde contaba que esta es la pregunta con la que motiva a las personas de su equipo para animarles a derribar sus propias barreras.
"Si estás pensando en hacer algo,  pregúntate a ti mismo lo que harías si no tuvieras miedo y luego hazlo."  (Sheryl Sandberg)
Mi primera reacción al leerlo fue pasar la página inmediatamente para ocupar mi mente con otro artículo. Como el que mira hacia otro lado cuando no desea ver lo que tiene enfrente de sus narices. Pero no me sirvió de nada. Esa pregunta ha estado echándome su aliento en la nuca desde entonces.
¿Qué Harías En 2018 Si No Tuvieras Miedo?
No tengo una larga lista de objetivos para este año. Solo cuatro. Pero revisten la suficiente envergadura como para hacerme temblar de miedo:
-Dejar de fumar. Llevo ya un mes y medio sin encender un cigarrillo; al final la faringitis que me tumbó en Navidad fue providencial, me quitó las ganas de fumar. Y así sigo. Por el momento lo estoy llevando bastante bien, apenas pienso en el tabaco, cruzo los dedos para que esto dure.
-Apostar por mi carrera como locutora. Para ello estoy asistiendo a un curso de doblaje y locución, estoy haciendo castings en varios estudios de sonido, cuido mi voz (una de las motivaciones para dejar el tabaco definitivamente) y hago sin falta cada día ejercicios de respiración, vocalización, dicción, proyección e interpretación.
-Publicar un libro con los mejores artículos de actitud del blog. Aquí necesito tu ayuda: Si conoces de una editorial a la que pudiera interesarle me sería de gran ayuda.
-Estar más atenta a las señales. No vaya a ser que haya alguien por ahí esperándome y me lo esté perdiendo, pasándome de dispersa con tanta independencia.
¿Estás Solo Interesado o Totalmente Comprometido Con Tus Objetivos?
Estos tres objetivos -llámales propósitos, si quieres- me tenían y me tienen ilusionada y acoj**ada a partes iguales. (Quienes que me conocéis personalmente o me leéis por aquí con frecuencia ya sabéis que esta no es la clase de lenguaje que suelo utilizar, pero creo que expresándolo de esta forma os hacéis mejor a la idea de cómo me atenaza el miedo).
Y así andaba yo, fibrilando ante la llegada de 2018, cuando una mañana en la ducha durante una de mis fructíferas conversaciones conmigo misma, di con la clave para anular el poder de mis miedos. A lo que se sumó -una vez más de la manera más providencial- que me topé en Facebook con esta charla de John Assaraf, uno de los mayores expertos internacionales en comportamiento y actitud. 
Entonces llegué a la conclusión de que la criptonita que puede neutralizar mi miedo se llama Mariola.
En definitiva, servirme de inspiración a mí misma y autorecordarme todos los logros que he  conseguido, personales y profesionales; y también que cuando he estado verdaderamente comprometida con mis objetivos, para mí nunca ha habido montaña suficientemente alta:
-Quise ser creativa publicitaria, y lo fui (bueno, de hecho lo sigo siendo). He trabajado para las mejores multinacionales del mundo, he ganado varios premios. Incluso he alcanzado una de las cimas en la carrera de cualquier creativo publicitario: presentarle al presidente mundial de Coca-Cola una campaña en la sede de la compañía en Atlanta.  
-Quise superar la anorexia, y la vencí.
-Quise evitar que se llevaran del país a uno de los niños más importantes de mi vida, y lo conseguí. A pesar de las gigantescas dificultades a las que hubo que hacer frente
-Quise apartar a dos personas tóxicas de mi camino, y lo hice. Encontré la fuerza para no mirar atrás por mucho que me doliera.
-Quise convertirme en una insider del mundo de la belleza, y aprendí lo necesario para abrir este blog y consolidarlo entre agencias y marcas.
-Quise ir a Graceland, y allí me planté. Desde que era niña soñaba con ir. Como solo era una junior y no tenía casi dinero estuve ahorrando durante un año entero. Organicé yo sola el viaje a Memphis (y a Nueva York, donde también pasamos unos días) en un momento en el que internet estaba aún lejos de ser lo que es hoy.
El Valiente No Es El Que No Tiene Miedo
Estos seis logros también me asustaron en su momento, (¿tendría el talento suficiente? ¿me fallarían las fuerzas? ¿me estaría pasando de motivada? ¿y si algo salía mal? ¿lograría ahorrar lo suficiente?¿sería capaz de enfrentarme a las dificultades, una y otra vez sin venirme abajo?), aunque no lo quisiera reconocer por temor a mostrarme vulnerable.
Esta vez es diferente.
Ahora no temo deciros que sí, tengo miedo.
Pero lo que he aprendido de la Mariola que hay detrás de cada uno de esos logros es a actuar como si no lo tuviera. Y hacer lo que me he propuesto hacer. Aunque por momentos me tiemblen las piernecitas.
Deséame suerte.
Por último, a todos los valientes que hoy os habéis pasado por aquí y aunque quizás sea un poco tarde, os deseo un feliz, y comprometido con vuestros objetivos, 2018.
¿Qué harías tú si no tuvieras miedo?