Ayer fue primer día de Novena, estamos a un paso de las Fiestas Mayores y más de uno/a debe estar pensando en adquirir determinado tipo de sustancias que suelen consumirse en estas ocasiones. No pretendo hacer ni una apología de la droga ni dar lecciones morales a nadie. Me dirijo a gente que ya son lo suficientemente mayorcitos/as para saber lo que se llevan entre manos.
Lo cierto es que la sociedad actual mantiene una actitud bastante hipócrita respecto a las drogas. Algunas son "legales", como el tabaco o el alcohol, porque aportan suculentos ingresos al Estado, pero pueden ser tan "duras" o destructivas como esas otras "ilegales", pero todas sin excepción pueden ser peligrosas si no hay un poco de autocontrol.Tampco es cuestión de tomárselo a chiste, simplemente se trata de llamar a las cosas por su nombre.
Concretamente, la cocaína es un fuerte estimulante del sistema nervioso central que obstaculiza el proceso de reabsorción de dopamina, un mensajero químico que está relacionado con el placer y el movimiento. La dopamina se libera como parte del sistema de recompensa del cerebro y tiene que ver con el estímulo que caracteriza el consumo de cocaína.
En el Blogodisea he encontrado un corto pero interesante artículo, con el mismo título que he puesto a esta entrada, cuya divulgación puede resultar interesante:
En contra de lo que se piensa normalmente, la riqueza media de la droga es alta, y cada vez lo es más. Según un estudio del Instituto Nacional de Toxicología (INT), en el 2001, una raya de cocaína sólo poseía un 44% de esta sustancia; dos años después, la pureza llegaba hasta el 60%. Según Teresa Tena, técnica del Instituto: “Nunca hemos hallado sustancias como polvo de ladrillo o estricnina; eso son fábulas” (leer el texto en su fuente original).
Por otra parte, los riesgos y danos asociados a el peligro de la sobredosis de cocaina varian con el grado de intensidad de la adiccion, el tipo de persona consumidora y los elementos adulterantes que contiene.
Finalmente, la ley considera una infracción grave a la seguridad ciudadana el consumo en lugares, vías, establecimientos o transportes públicos, así como la tenencia ilícita, aunque no estuviera destinada al tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, siempre que no constituya infracción penal, así como el abandono en los sitios mencionados de útiles o instrumentos utilizados para su consumo. Me consta que la Guardia Civil tiene efectivos dispuestos para detectar este consumo y alguno/a puede llevarse un disgusto (si no se lo ha llevado ya).
Como decía Tierno Galvañ, "el no esté colocado que se coloque ... y al loro".