¡Ay ay ay el rencor y el odio cómo nos transforman!. La cantidad de energía y fuerzas que empleamos en criticar, poner a parir (sí, poner a parir) e incluso odiar a alguien (que probablemente se lo merezca porque esa persona sea lo más deleznable y miserable que te puedas encontrar) nos descentra y nos saca de nuestras casillas con lo que, al final consigue que le demos una importancia que no se merece. Malgastamos palabras y saliva, además de ímpetu. ¿Estamos dormidos o abducidos?, si lo pensamos bien, ¿qué necesidad tenemos de malgastar nuestro valioso tiempo en individu@s que no nos aportan nada bueno?. ¿No podemos evitarlo y tenemos esa sensación de que algo nos corroe por dentro?. Pues va siendo hora de superarlo y pasar página...
Odiar a alguien, significa (como muy bien explica Jakob Sokol en el fantástico y recomendable post
12 cosas que la gente feliz hace de otra forma y por qué empecé a hacerlas yo ) pensar continuamente en ese tema. Esto hace que las emociones negativas que te ocupan sean también nocivas para tu bienestar, para tu calidad de vida y genera un malestar, un sinvivir para todo el día.¿Pero qué necesidad tenemos de que el rencor y el odio nos creen esa intranquilidad?
¿No tendremos ya suficientes quebraderos de cabeza?Rencor: sentimiento de hostilidad duradero y arraigado contra algo o alguien.
El rencor viene porque unos hechos lo han provocado, nos intoxica, echa raíces en nuestro interior, nos debilita y nos hace vulnerables...
Puede que pensemos que lo necesitamos para recordar por qué estamos en una situación concreta. Puede que nos la hayan jugado. Puede que no aguantemos a esa persona por mil motivos. Puede que ir a ese lugar no nos traiga buenos recuerdos. Puede que esa comunidad nos amargue. Puede que nos hayan traicionado. Puede, puede, puede. Podéis elegir todos los puedesdel mundo. Pero seguramente solo haya una forma de solucionarlo...
Una de las maneras que hay de olvidar todo ese tiempo mal empleado, todas esas emociones tóxicas que nos acompaña cuando odiamos es la de perdonar y pasar página... Nadie dijo que fuera fácil, pero si tienes objetivos que cumplir, da igual de qué tipo sean, necesitarás toda tu alma, todos tus recursos, toda tu concentración para alcanzarlos. No nos toca otra que perdonar, olvidar y mirar hacia adelante...dejemos el mal rollo para otros. "No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores"
Mahatma Ghandi.