Pablo Iglesias tiene motivos más que suficientes para dimitir, pero en lugar de hacerlo ha regresado para intentar salvar desesperadamente a su partido del desastre electoral que le amenaza. En su regreso ha reconocido que han dado "vergüenza ajena" en la lucha por los sillones y privilegios, pero tenía que haber dicho "vergüenza propia" porque los grandes errores han sido suyos. ---
En Podemos huele a funeral. Hace unos meses le disputaba al PSOE la hegemonía de la izquierda, pero ahora, invadido por la decadencia, la división interna y la fuga de votos, lucha por sobrevivir. Su fracaso es completo. Sus amigos y compañeros de lucha más próximos le han abandonado. La última fuga, la Íñigo Errejón, ha sido especialmente significativa.
De aquel Podemos inicial que llegó con aires de triunfo y que era capaz de congregar a partidarios de muchas tendencias y estratos sociales ya no queda ni la sombra. Pablo Iglesias convirtió un partido acogedor que respondía a la indignación y recogía a los descontentos en un partido comunista y aquel fue el error clave. De tener expectativas de ganar las elecciones empezó a convertirse en la nueva Izuierda Unida de los comunistas camuflados de populistas y "progres". Hasta Pedro Sánchez ya desconfía de ellos y sueña con poder pactar con Ciudadanos para dejar a Podemos tirado.
El mayor "éxito" de su liderazgo quizás haya sido integrarse en la casta y comprarse un suculento chalet, después de haberse hecho rico con la política.
Aquellas "confluencias" que fueron presentadas como una fórmula mágica para crecer y triunfar son ahora un fracaso y una fuente de disputas que destrozan al partido. Nada será como en las últimas elecciones generales de 2016 en las que Podemos se presentó con sus confluencias en la Comunidad Valenciana (A la Valenciana), en Cataluña (En Comú Podem) y en Galicia (En Marea). en la Comunidad Valenciana (A la Valenciana), en Cataluña (En Comú Podem) y en Galicia (En Marea).
El lúcido analista político Javier Caraballo afirma: "No solo han cometido gravísimos errores políticos y estratégicos, sino que, además, a medida que avanzaba el proyecto, en vez de consolidarse y aumentar, se ha ido empequeñeciendo en su representación, se ha ido jibarizando hasta ofrecer en la actualidad la imagen caricaturesca de una dinastía familiar, Pablo Iglesias e Irene Montero, dispuestos a sustituirse a sí mismos en sus respectivos papeles".
La exhibición de errores y de arrogancia estúpida ha sido demasiado intensa y constituye un modelo ostentoso de suicidio político o de asesinato de una formación política prometedora, nacida en el momento oportuno para crecer y triunfar. Los dos grandes errores han sido la compra del suntuoso chalé en Galapagar y la purga o huida de los fundadores y principales activos del partido: Carolina Bescansa, Sergio Pascual, Tania Sánchez, Luis Alegre, Íñigo Errejón…
El hundimiento de Podemos es el principal problema que tiene Pedro Sánchez para poder renovar su gobierno. Si Podemos fuera superado por VOX en las próximas elecciones, a Pedro Sánchez ni siquiera le bastaría pactar para formar gobierno con la chusma independentista y proetarra. Por eso, porque temen el desastre del partido de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez se empeña en forzar una alianza electoral con Ciudadanos.
Francisco Rubiales
Revista Opinión
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