Hasta no hace mucho tiempo las fuentes de información para un paciente eran sus familiares, amigos, vecinos…y el personal sanitario.
Hoy en día estamos siendo remplazados por el Dr. Google, que no ha colgado todavía su título de Licenciado en Medicina (ni en la web ni en su pared) porque no lo tiene. De ahí que no toda su información sea válida y fiable.
No son sólo los pacientes los que acuden a él; según los últimos estudios, un 97% de los médicos también lo utilizamos.
Las búsquedas más frecuentes en lo que se refiere a sanidad versan sobre: diagnóstico, síntomas, tratamientos, efectos secundarios, terapias alternativas, pronóstico, complicaciones y experiencias de otros pacientes.
Los profesionales de la salud podemos y debemos influir en la calidad de la información obtenida por nuestros pacientes, recomendando enlaces (“links”) a páginas webs, blogs y Apps, cuyo contenido sea acorde a la “medicina basada en la evidencia”, que procede de la investigación, presenta datos contrastados y, por ello, resulta rigurosa y relevante.
En el caso de enfermedades crónicas, las asociaciones de pacientes ayudan a la mejoría emocional de éstos, haciendo que interactúen entre sí y que se impliquen más en su cuidado (paciente empoderado).
De este modo, la búsqueda en internet refuerza las recomendaciones del médico, logra una mayor adherencia del paciente al tratamiento y hace que éstos sean conscientes de que su salud depende en gran medida de ellos mismos y no sólo de los profesionales.
Debemos ofrecerles la posibilidad de que contrasten con nosotros la información obtenida, aunque ello implique un mayor tiempo de dedicación por nuestra parte.
Estamos iniciando un nuevo modelo, la e-salud, un espacio donde personal sanitario y pacientes nos encontramos en permanente contacto a través de la red, el correo electrónico, la visita o consulta on line, las apps para móviles y tablets…
¡¡Bienvenidos a la nueva era de las TIC para la salud!!
Fuentes : iDoctus, Health Online 2013, semFYC.