os conceptos de salud, enfermedad y medicina han cambiado a lo largo de la historia y lo siguen haciendo en el siglo XXI. La prevención gana fuerza ante la cura o tratamiento y la medicina personalizada, combinada con las nuevas herramientas que proporcionan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), está a la vuelta de la esquina. Además, cada vez será más sencillo y barato disponer de la información genética de las personas.
Ello permitirá aplicar un tratamiento u otro y en una dosis determinada según las características del paciente o saber si existe propensión a determinadas dolencias y, en consecuencia, tratar de prevenir su desarrollo. Al apoyarse en las TIC, el abanico de opciones crece. Gracias a los smartphones será posible monitorizar constantemente nuestro estado de salud y que el teléfono, de forma automática, nos pida una cita al medico si detecta alguna alteración. Pero no todo queda aquí. También serán capaces de medir nuestro estado de ánimo, muy vinculado a la salud mental, con tal de minimizar los efectos de alteraciones como la depresión, al detectar síntomas previos al auténtico desarrollo de la patología como puedan ser el tono de voz o el tipo de discurso.
FUENTE:REDES PARA LA CIENCIA