"El misterio está encerrado en mí, nadie sabrá mi nombre, y sobre tu boca lo diré cuando resplandezca la luz.
Calaf".
Hace mucho tiempo que vengo leyendo a Juan José Millas principalmente porque me gusta esa combinación imposible de irrealidad y verdad que mezclan sus historias. Es por eso que no he tardado en dirigirme a la librería y traer a casa Que nadie duerma.
Conocemos a Lucía, una joven informática que pierde su empleo y decide dar un giro a su vida y convertirse en taxista. Un día se cuela en su casa la música de la ópera Turandot logrando conmoverla hasta las lágrimas, así que se acerca a la casa de la que proviene la música, descubriendo así a un vecino. Lucía se siente atraída por este hombre que desaparece del edificio y, obsesionada con él y con la ópera que escuchó a través del tabique, se lanza a las calles de Madrid con su taxi, escuchando y participando de historias ajenas, mientras espera que un día la mano que se alce sea la de su vecino perdido.
Todas las novelas de Juan José Millás tienen una doble lectura. Más que eso, cada novela de Juan José Millás esconde otra en su interior que es diferente según la interpretación que le de cada lector. Y sus lectores, cuando por voluntad o azar nos juntamos y hablamos de uno de sus títulos, lo hacemos pensando en si será la nuestra la interpretación adecuada. O tal vez seguros de ser los únicos que no están equivocados. O todo lo contrario. Y aún así, casi todos los libros de Juan José Millás bordean los mismos temas, ya sean la soledad, la elección o la búsqueda interior.
Millás teje en esta novela los argumentos de la magnifica ópera Turandot y de la vida de la protagonista de su historia, Lucía. Tanto es así, que Nessun dorma, tercer acto de la ópera que es escuchado a través de la pared, da título a la novela, puesto que significa Que nadie duerma. Pero no penséis que hace falta conocer el argumento de la ópera, ya que el propio autor lo pone en boca de sus personajes para que sepamos perfectamente la unión que realiza. La de la mujer sola que circula en taxi, con el triunfo del amor. De hecho, no avanzaré más en la unión de ambos argumentos porque será desvelar demasiado de la trama del libro, solo diré que una vez asentada la lectura, me ha parecido magnífico el giro que el autor da para cerrarla.
En una primera lectura, estamos ante la historia de una mujer asocial que se reinventa cuando pierde su empleo. Convertirse en taxista le otorga además un lugar seguro para ir conociendo gente, personas a las que a veces ayuda, y otras no, pero a las que siempre escucha durante ese tiempo limitado que dura una carrera. Será en el taxi donde entable un par de relaciones con dos clientes habituales, y también donde conozca a parejas sexuales, y también el lugar que utiliza para evadirse de una incómoda realidad en la que parece no encajar. Y luego está el amor idealizado hacia su vecino, aquel apenas visto cuya figura lejos de desvanecerse, parece crecer en la mente de Lucía. Pero si el libro fuera simplemente eso, estaríamos ante una simple novela que nos habla de decisiones, soledad y sexo y en la que, además, hay delitos. Supongo que no parece simple, pero Juan José Millás parece empeñado en demostrar en sus historias que si la vida es compleja, las personas que poblamos este mundo, lo somos más.
María Callas. Turandot
Ya he comentado la importancia de Turandot que llega a convertirse en algo casi poético en el libro, pero posiblemente vaya mucho más allá de donde habéis imaginado. Y es que esta sería la sinopsis real de la novela escrita por Millás. Lucía es una falsa delgada, posiblemente eso signifique que sea gorda y que su madre, inventora del término, le enseñaba con esa frase que su aspecto, lejos de ser una tara, era algo a lo que debería de saber convertir en una seguridad. Lástima que la madre de Lucía muriera tras recibir el picotazo de un pájaro cuando ella contaba con diez años. Aún así, le dio tiempo a ver cómo ese pájaro le hacía algo al alma de su madre, convirtiéndola en una mujer pájaro. Ahora, cuando toda su vida cambia, Lucía tiene la misma edad que su madre al morir, y es ella quien comienza a ver pájaros, personas pájaro. Como su vecino. Y entonces, ¿qué pinta Nessun dorma? Es simple, Lucía quiere ser Turandot, quiere reinventarse en Lucía Turandot, la princesa de los enigmas que termina logrando el amor entre crueles pájaros que picotean cabezas. Y tal es su empeño que decide que su tercer enigma sea encontrar el tatuaje que se hace para los ojos de su príncipe/vecino. Despega así la fantasía que convierte las calles de Madrid en las de Pekín y torna a la taxista en una mujer menos ingenua y más decidida, en alguien que ayuda y que siente una suerte de pulsión sexual y otra, un tanto más complicada, de relatar una parte de su historia de hija de mujer pájaro a quienes quieran escucharla. Millás, que tal vez nos haya hecho reír en algún momento, entra en este terreno onírico para mostrar así la crueldad de la vida y de las personas logrando, a la postre, conmover al lector con un último movimiento imposible que hace que este desvarío se convierta en una gran novela.Que nadie duerma es una gran historia, perturbadora a grandes ratos, que se lee prácticamente del tirón, pero cuyo poso permanece mientras vamos encajando las piezas una vez finalizada su lectura. Perfecta para seguidores de Millás y aventureros literarios.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.